El Madrid de...
Pedro Ruiz: “Alguien ha metido el odio en el microondas”
Estará en el Teatro Marquina con «Loc@s. Reír nos cura» hasta el 27 de febrero
Vuelve para hacer reír. El Teatro Marquina de Madrid enciende sus luces con la idea de que el humor sea la nueva «concordia» de una capital castigada por virus y catástrofes. Pedro Ruiz presenta un retablo de personajes e invenciones de tipos y textos, encarnados a veces por insignes figuras de nuestro imaginario interpretativo con los que demostrará que se puede hacer humor de nuestra «loca vida». Dice que de la capital lo que más le gusta son sus cines y sus teatros, sus parques “en general”, porque “es donde está la naturaleza”. Si queremos encontrar a Pedro Ruiz estará paseando por los barrios de la ciudad, pero “me gusta cuando no hay mucha gente”.
–¿La risa puede ser vacuna?
–Lo es siempre. Creo que con las telarañas que todos estamos haciendo en nuestro ánimo y en nuestro cerebro por la pandemia, el teatro es un lugar seguro y un refugio; una especie de pirueta para el alma que no se interrumpe. En el teatro nunca ocurre nada imprevisible, se cumple lo que se ha anunciado no como en la vida que ahora todo está en duda.
–¿Estamos más locos?
–Si multiplicamos locura por urgencia creo que ahora las locuras se suceden y se soslayan con mucha velocidad. El exceso de información me parece un gran desazón y las redes creo que no contribuyen mucho a la estabilidad. También es una locura enorme no estar loco de vez en cuando; porque cuando te sujetas demasiado estás casi viviendo en playback.
–¿Ha vivido en playback?
–Que yo recuerde, no mucho. Pero sí he cometido muchos errores y ser dueño de los propios es un patrimonio; cuanto menos has guiado tu vida. Equivocarse por los consejos de otros es peor.
-¿Las redes son el nuevo circo romano?
-Es la corrala, con todo el mundo regalando sus datos, pensamientos, sus maneras de pensar y tendencias creyendo que así se es más libre. Yo siempre he pensado que la libertad radica en que no sepan casi nada de ti, no en que lo sepan todo. Y sin embargo ahí vamos alegremente. Yo no tengo un smartphone, tengo un teléfono móvil que parece una jabonera. El gran negocio de las redes se basa en la vanidad y el cotilleo.
–Dicen que podemos llegar a mutar en zombie. ¿Está preparado?
–Estamos en la dictadura digital. Si se apropian o jaquean las redes y las mentes de la gente votaremos a zombies, a ardillas a diplodocus y a Trump si viene.
-En su promoción viste de una especie de Napoleón. Éste decía que la única batalla que se gana en retirada es la del amor. ¿Qué le dice a usted?
-Nunca he hablado con él, no tengo su número pero si me llama le atenderé. Saber marcharse de las situaciones siempre es una victoria. Piensa que a veces un héroe es alguien que sabe perder en paz.
–¿Hay muchos necios que piensan haber encontrado la sabiduría?
–En general todos tenemos una parte de necio desarrollada porque, en mi modesta opinión, cuando pasa el tiempo ya no tenemos opiniones; se nos hacen callos en el cerebro. Eso deberíamos revisarlo. La vida no da más tiempo que para ser amateur.
–Escribe siempre sus propios guiones. ¿Haría uno a Díaz Ayuso, Illa, Simón...?
–A ninguno de ellos porque no quiero ser el escritor escondido de personajes tan públicos. Lo que se dice en público debe pertenecerle a uno y yo no sería capaz de suplantar a nadie y tampoco tengo interés en hacerlo.
–¿Cuál es el personaje más humorístico que haya pasado por el Consejo de Ministros?
–Cualquiera que sea demasiado solemne y se tome demasiado en serio su propia solemnidad. Cuando se le pone un palio a las cosas es que quieres disimular la ineficiencia.
–¿Qué lengua bífida ficharía?
–Una que hablara alemán y chino, idiomas que no domino.
–Dice que su estreno es el de la «concordia». ¿El teatro traerá los «pactos de la Marquina»?
–No estaría mal. Intenté hacer una convocatoria como en la Transición donde todos íbamos a ver lo de todos. Convocaba Carillo o Fraga una conferencia e íbamos y nadie se preguntaba quién iba a ver a quien. Ahora alguien ha metido el odio en el microondas y me parece peligrosísimo.
–¿Filomena pudo enfriarlo?
–No creo que esté por la labor, creo que va a poner el odio en cubitos y lo meterá en el whisky.
–En su obra recuerda a actores como Fernán Gómez. ¿A quién mandaría «a la mierda»?
–A veces la mierda es uno de los mejores sitios del mundo por lo que hay que tener cuidado porque lo mismo estás dando direcciones favorecedoras.
–¿El menú de la pizarra de un bar será considerado poesía?
–Por qué no. Mi abuelo de Valladolid tenía una pastelería y los domingos escribía poemas con los que envolvía los pasteles.
-¿Qué declararía zona catastrófica?
-La ética.
-¿Guarda algún secreto de Estado?
-Nunca he tenido acceso a ellos pero si los tuviera seguramente no los guardaría, soy bastante indiscreto en eso.
–¿Y qué le parece el Madrid de Almeida?
–No sabía que el Madrid fuera de nadie, pero me cae bien; le encuentro un tipo a valorar.
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