Portazo al líder

Las tres mujeres que dijeron «no» a Iglesias

Con Errejón al margen, Tania Sánchez, Rita Maestre y Mónica García resolvieron en poco más de 22 horas el órdago del vicepresidente morado. Ni Más Madrid ni Podemos creyeron nunca en la lista única: «Es el primer truco de campaña de Iglesias»

Tania Sánchez, Rita Maestre y Mónica García @ JESUS G. FERIA.
Tania Sánchez, Rita Maestre y Mónica García @ JESUS G. FERIA.@ JESUS G. FERIA.

15 de marzo. 12:26 horas. Siendo muy consciente de ello, Pablo Iglesias da en ese momento un paso que cambiará, por completo, el escenario político español. Deja la vicepresidencia segunda del Gobierno de Sánchez después de haber conducido al país, lo hizo en 2019, a una parálisis de varios meses y a una repetición electoral precisamente por mantener sobre la mesa la condición de que él debía entrar en el Ejecutivo de coalición. Toma esta decisión tras sondear a varios dirigentes del espacio de Unidas Podemos para que se presentaran como candidatos a las elecciones autonómicas del 4 de mayo. Todos le dicen que no. Él pone sobre la mesa la opción de inmolarse. Son conscientes en esas horas en el cuartel general morado de que lo que está en juego es la propia superviviencia del partido. Las encuestas sitúan a Unidas Podemos en Madrid por debajo del 5% y eso implica salir de la Asamblea de Vallecas. Un partido que nació de las movilizaciones del 15-M en la Puerta del Sol no puede ser una fuerza extraparlamentaria en la región. Y da el paso. Anuncia que dimitirá como vicepresidente, le da cocinada a Sánchez la reorganización del Gobierno y lanza otra bomba. De humo, en este caso. Quiere concurrir a las elecciones dentro de una lista conjunta con Más Madrid.

Un «puede ser» que, en realidad era un «no». En un primer movimiento que será rectificado a las pocas horas, la candidata de Más Madrid, la médico Mónica García, no cierra del todo la puerta a entablar conversaciones con Iglesias para tejer esa candidatura de unidad. Todo se queda en el aire. Sin embargo, las escasas declaraciones que cruzan en público ambas formaciones contrastan con el análisis de la situación que comparten de puertas hacia dentro. En Podemos, tal y como señalan desde este partido, nunca confiaron en que la opción de la candidatura conjunta tuviera viso alguno de fructificar. Y en Más Madrid, tampoco. De manera que, a partir de ese momento, de lo que se trató en ambas orillas fue de buscar un relato creíble en torno a los argumentos sobre los que sostener su decisión.

Candidato por aclamación o primarias. En Podemos mantienen esa oferta vacía de la candidatura en la que no creen. «Es, en realidad, el primer dardo de campaña de Iglesias», aseguran en Más Madrid: «Sabe que la lista única es contraproducente. Sin embargo, lanza la propuesta para que nosotras nos neguemos y poder presentarse en campaña como el candidato que quiso unir a la izquierda transformadora y que se encontró con un muro enfrente. La lista única de Iglesias nunca fue real, sólo una estrategia, un truco», añaden. Al otro lado, en Podemos son cada vez más conscientes de que no habrá negociación formales con Más Madrid. Que los de Mónica García rechazarán la propuesta en pocas horas. Se dan cuenta de ello desde el mismo momento en el que Mónica García, tras no negarse a entablar un canal de comunicación de Podemos, da la «bienvenida» a Madrid a Iglesias.

En la dirección morada perciben que ése, el del aterrizaje en la región de un candidato que nunca se ha implicado en la política madrileña porque su interés era la arena nacional, será uno de los argumentos con los que García cerrará formalmente la puerta al entendimiento. Eso lleva a Podemos a reactivar los argumentos, elevando la apuesta. Desde el partido aseguran que lo razonable es que Iglesias, al ser vicepresidente del Gobierno de España, encabece la lista unitaria, aunque se abren a la posibilidad de que Más Madrid, Unidas Podemos e Izquierda Unida celebren un proceso de primarias exprés en el que se establezca el orden de los distintos puestos de la candidatura con la que hacer frente al PP de Isabel Díaz Ayuso y, también, al PSOE de Ángel Gabilondo. Insiste en ello el propio Iglesias por la noche en una entrevista en El Intermedio de La Sexta.

El mensaje apócrifo de su intervención podría ser éste: me he sacrificado dejando el Gobierno y las comodidades de la vicepresidencia para salvar a Madrid de la ultraderecha que representan Díaz Ayuso y Vox, e incluso estoy dispuesto a hacer un doble sacrificio e ir de número dos en la candidatura conjunta. Siempre, eso sí, que en esas primarias participen todas las bases de Podemos, Más Madrid e Izquierda. Porque ahí está la trampa, al ser conscientes en la formación morada de que en esas eventuales primarias la opción de Iglesias podría disputar de tú a tú el número uno de la lista a Mónica García. El órdago con forma de OPA estaba encima de la mesa.

Algunos mensajes, ninguna reunión. En Más Madrid ya saben la respuesta que van a dar a Iglesias. En la toma de esta decisión, la voz cantante la tienen Tania Sánchez, Rita Maestre y la candidata García. Antiguas militantes las tres. Tanto Sánchez como Maestre protagonizaron sendos encontronazos con Iglesias, que las llevó a abandonar la disciplina morada. Los argumentos que estas tres dirigentes enarbolan justifican más que de sobra el portazo a Iglesias: desde las heridas abiertas tras la abrupta ruptura entre el errejonismo y el pablismo que se concretó en enero de 2019 a cuestiones más pragmáticas y vinculadas con la estrategia electoral, como el hecho, por ejemplo, de que una vez que la irrupción de Iglesias garantiza –al menos, en teoría– que Unidas Podemos también superará el umbral del 5% de los votos, no hay riesgo de pérdida de votos a pesar de que la izquierda concurra en tres listas. Y es que, tal y como avanzó este diario el miércoles de esta semana, el análisis que hizo la formación planteaba que la lista conjunta con Iglesias resta votos a la izquierda: «Más Madrid y Mónica García tienen capacidad para captar votos más allá de la izquierda», reconocían en Más Madrid. A ello unieron otro argumento: el rechazo que genera el todavía vicepresidente del Gobierno en una parte significativa de la militancia de Más Madrid. Es decir, el «no» avalado por Sánchez, Maestre y García y la plana mayor de Más Madrid estaba decidido, y en la respuesta oficial, que se concretaría a las pocas horas unirían otros argumentos como el de «machismo» de Iglesias por intentar que una mujer se hiciera a un lado tras su aterrizaje en Madrid. La segunda decisión tenía que ver con los tiempos: «Hay que acabar con este debate ya. Ni un segundo que perder». Errejón apoyó ese «no», pero su papel en la toma de esta decisión, como en el conjunto de la estrategia de Más Madrid desde hace meses, fue testimonial.

16 de marzo. 10:43 horas. «Soy Mónica García, soy médica y madre. Quiero ser la próxima presidenta de la Comunidad de Madrid». El triple «no» a Iglesias de las tres dirigentes de Más Madrid que, en el pasado, formaron parte de Podemos cerraron la puerta al líder. El 4 de mayo, las urnas dirán qué vía era la correcta para sus votantes.