El feudo de Más Madrid: Usera, una «marea verde» frente a Ayuso y Monasterio

Flor y Luis Enrique nacieron a la vez que Orcasitas. Al tiempo que ella aprendía a caminar, al sur de Madrid, germinaban sobre el barro los primeros asentamientos de castellanos, extremeños y andaluces; mientras él lidiaba con su entrada en la pubertad, el que se convertiría en el primer barrio participativo de la región florecía en torno a una asociación vecinal como una enorme enredadera que sigue creciendo con el abono de un movimiento social del que hoy son parte los dos.

«Orcasitas tiene una larga historia de cooperación, es un barrio que se ha ido configurando gracias al trabajo de sus vecinos y vecinas, que pelearon durante años hasta conseguir viviendas dignas», explica Flor aludiendo a los tiempos del lodo y las chabolas. «Los barrios del sur son barrios de gente sin privilegios, que se ha ganado el pan con su esfuerzo, que ha tenido que luchar para sacar adelante a sus familias y que ha sabido hacerse con un lugar en Madrid», continúa Luis Enrique admirando el asfalto y los edificios que se erigen donde no hace tanto no había nada. Quién les iba a decir a la niña de Cáceres y al niño de Burgos que fueron que sus caminos se cruzarían aquí y ahora.

El primero en llegar a Usera fue un joven analista informático que, tras probar suerte en distintas zonas de la ciudad, encontró su sitio en este distrito del sur en el que lleva instalado desde 2002. Durante estos casi 20 años, además de trabajar y formar una familia, Luis Enrique Camarero se ha ganado el padrón a pulso, pues es miembro de la asociación vecinal del barrio de San Fermín, donde vive, y del AMPA de un colegio de Orcasitas, donde estudian sus hijos Christian y Diego. Porque para ser de Usera hace falta algo más que un puñado de facturas domiciliadas; para ser de Usera hay que ser activista. «Soy ante todo defensor de la escuela pública y, como tal, estoy metido de lleno en la campaña para exigir que se quite el amianto de los tejados de nuestros colegios, que son casi 60 en Madrid», destaca Luis. Con 56 años, este madrileño de adopción pertenece además a un grupo de consumo responsable por una economía sostenible y el respeto medioambiental.

Detrás de él, allá por 2009, fue Flor Cabrera la que se convirtió en una más de Usera, que actualmente cuenta con cerca de 143.000 habitantes. Y como no podía ser de otra forma, ella suma otra nodo a la enorme red de apoyo que constituye la población de este distrito, siendo que, en su caso, la causa que abandera sobre todas las demás es la de la igualdad de género: esta mujer de 69 años ha participado activamente en la Comisión 8M, en el Observatorio de Género del distrito y en la Mesa de Igualdad del Foro Local de Usera, así como ha impulsado iniciativas como un club de lecturas feministas en la Asociación de Mujeres de su barrio, Orcasitas. «Mi nieta de 18 años es activista también y estoy encantada de que me acompañe en manifestaciones», cuenta orgullosa la que antes de jubilarse trabajó como mediadora social en una ONG en defensa de los derechos de las trabajadoras del sexo.

Él movido por la resaca de una marea color verde intenso y ella guiada por su mirada tras los cristales de sus gafas violetas elegirán la papeleta de Más Madrid el 4 de mayo. «Mónica García tiene todas las cualidades necesarias para gobernar la Comunidad; es trabajadora, respetuosa y, sobre todo, honesta», defiende Flor contundente. «Es la candidata capaz de aportar el cambio después de 25 años de Partido Popular; como trabajadora sanitaria, recuperaría y le daría el valor que tiene a lo público», argumenta Luis que, como su compañera, lleva votando a la formación desde que la ex alcaldesa Manuela Carmena la presentara para concurrir a las elecciones municipales de 2019.

Los dos aprueban la decisión de Más Madrid de declinar la oferta de Pablo Iglesias de afrontar el próximo 4-M en coalición con Unidas Podemos, pero saben que la única opción para Más Madrid pasará por un gran pacto que incluye al PSOE. «No entiendo la estrategia de Ángel Gabilondo para ganarse a los votantes de Ciudadanos cuando Pedro Sánchez gobierna con Unidas Podemos; creo que necesita un equipo de campaña que le guíe por un terreno menos metafísico y más realista: los grupos de izquierdas tienen que gobernar juntos», dice Flor confiando en la «sensatez» del candidato más votado en las últimas autonómicas.

Desde su «conciencia de clase», que identifican como razón principal de que Usera pueda considerarse el «feudo de Más Madrid», Flor y Luis tienen claro cuáles serían los peores resultados de estos comicios para sus barrios: un gobierno del PP con el apoyo de Vox bajo condiciones ideológicas, en fin, que la Comunidad de Madrid cayera en manos de Isabel Díaz Ayuso y Rocío Monasterio, para ellos «ocurrente e incompetente» la una y «clasista y revenida» la otra.