Tabernarios

Gastronomía en Madrid: El Doble, uno de los templos para Chamberí

Es el sitio en el que quien escribe una vez soñó con tener su rincón de Ordoñez. O ese lugar de refugio para que a uno no le encuentre Hacienda ni el mal fario.

Tasca el Doble, en Ponzano
Tasca el Doble, en PonzanoGonzalo Pérez MataLa Razón

Ser de Madrid tiene mucho que ver con ser chamberilero. El orgullo que tenemos los gatos que no necesitamos ni identidades, banderas ni chapas en la solapa como tantos horteras nacionalistas, se expresa en templos inimitables como El Doble. Los azulejos que en la fachada anuncian la felicidad son un compendio de los Madriles. Porque aquí uno no sabe si es de Talavera, tuvo unos padres andaluces, o es de este foro de los castizos con resabios decimonónicos. En nuestro imaginario está el esplendor azulejero que no deja recuperarse y que aquí anuncia el santo y seña de la casa: La cerveza bien tirada.

Reto a cualquier amante de la caña que imite el garbo chulapón de los titulares de esta taberna, para ir mojando el gaznate de los que como Ángelito Villaverde y su hija Lucía abrazan esta religión. Sí, Madrid es muy cervecera, y en la calle Ponzano esquinada con la ya clásica Atascal se ha ido creando escuela. La familia Del Puerto recluta desde hace décadas a esos camareros legionarios de la vida que de manera zumbona te dicen al fondo hay sitio, o te ponen el aperitivo a la casa siempre con un pepinillo como dios manda.

Este es un lugar de parroquia y por eso todas sus paredes están vestidas por fotos de celebridades, pícaros, amigos y toda esa larga caterva de paseantes en Cortes que entran y salen de este teatrillo de la vida llamado El Doble. No eres nadie en la capital si no te conoce Jesús. Hay algunos que solo estudian oposiciones para ser reconocidos cuando piden unos boquerones en vinagre, o una de esas inmejorables latas que como una pared cantábrica dan la perspectiva del local. Eso sí, el que tiene parné que se prepare. Es lugar para los que beben mucho, para las señoritas que en otros tiempos iban a corte y confección, para los canallas que van a pegar un sablazo y para los estudiantes que aspiran a encontrar la chica de sus sueños.

Tasca el Doble, en Ponzano.
Tasca el Doble, en Ponzano.Gonzalo Pérez MataLa Razón

Aquí cuando se adentra en este carrusel de simpatía, te obsequian con un ingenio que no requiere DNI ni gracejo imprescindible. Solo se pide un poquito de prestancia. De hecho, las horas se confunden y el tiempo como en la muleta de Antoñete se detiene. Podrás ser del Madrid, del Atleti o de cualquier equipo forastero pero si sabes mantener con tipo la barra te ganas el título de diplomado en Mahou. En tiempos recientes y por influencia de algunos parroquianos el vino va extendiendo poco a poco su influjo con la misma chispa de toda la casa. Aunque este es territorio cervecero, de barra de perdición y de bullanga permanente. El Doble no es una taberna, es siempre algo más. Es el sitio en el que quien escribe una vez soñó con tener su rincón de Ordoñez. O ese lugar de refugio para que a uno no le encuentre Hacienda ni el mal fario. ¡Un doble y una pincelada, por favor!

Nombre: El Doble. Dónde: calle Ponzano, 58

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Es un lugar para aquellos que son amantes de la caña, pero también para aquellos que quieren probar ostra de la buena, angulas en temporada y casi como un secreto entre iniciados. Gamba siempre de nivel, cocida o al ajillo, nécoras en su momento, salpicón de esos de barra y mantel, pulpo, ensaladilla de pecado, y un festival vinagrero que nos recorre los sentidos.