Gatas
Elena Liria, la mujer que pilota la administración electrónica de Madrid y que ya es la mejor líder digital de España
Nacida en Bilbao y afincada en la capital desde hace 25 años, la consejera delegada asegura que su trabajo «ayudó a salvar vidas durante el confinamiento y la crisis sanitaria»
Poder decirles adiós. Mientras las calles estuvieron vacías de gente y las salas de espera llenas de camas, todo lo que le pedían a la vida quienes la sintieron pendiendo de un hilo en la mirada de sus seres queridos era eso: al menos, poder decirles adiós. Durante semanas, los abrazos de despedida estuvieron prohibidos, también cuando los que se iban lo hacían para siempre, así que las pantallas se convirtieron en ventanas de consuelo. «Gracias a la generosidad de algunos proveedores, fuimos nosotros los que entregamos tabletas a todos los hospitales para conectar a los enfermos con sus familiares, algunos antes de morir», recuerda y guarda silencio unos segundos. «Cuando nos confinaron en marzo de 2020 tuvimos que garantizar el funcionamiento de toda la infraestructura de telecomunicaciones de la Comunidad, lo que incluye las residencias de ancianos y los hospitales, también los de campaña como el de Ifema y los hoteles medicalizados y, aunque esto pueda parecer algo menor, lo cierto es que ningún sanitario puede atender a un paciente sin acceso a una historia clínica, es decir, que la administración electrónica ayudó a salvar vidas durante la crisis», narra con orgullo.
«Por otro lado, seguimos respondiendo también a los llamados servicios críticos, como la renta mínima de inserción, las ayudas a la dependencia para mayores o las subvenciones al empleo gracias a que, en cuestión de una semana, el 60% de los empleados públicos estuvieron trabajando con normalidad desde sus casas, lo que requirió, por ejemplo, la compra de 5.000 portátiles nuevos», sigue sumando méritos a su equipo. Que a ella el reconocimiento ya le ha llegado de las manos de Cionet, la mayor comunidad de talento tecnológico del mundo: Elena Liria acaba de recibir el premio a la Mejor Líder Digital de España.
El primer ordenador que conoció fue el de su padre, ingeniero naval que, sin querer, despertó la curiosidad de su hija por un mundo que acabaría apasionándole: «Él me ponía a cargar bases de datos y me daba dinero a cambio y aquello me llamó la atención, realmente, porque era algo que no entendía», cuenta Elena sobre el motivo que la empujó a elegir su camino. Se matriculó en Ingeniería Informática en la Universidad de Deusto, donde empezó la carrera en el año 1991, cuando el fenómeno de Internet aún lo no era y cuando, asegura, las mujeres escaseaban incluso más que ahora en las facultades de ciencias: «En mi clase seríamos aproximadamente un 40% de mujeres, sin embargo, el último curso lo hice de Erasmus en Francia y allí no llegábamos al 5%, es que, directamente, no había cuartos de baño para chicas, ni en la escuela ni en el colegio mayor». Por suerte, de la misma manera que ya no hay universidad sin wifi, la brecha de género en este ámbito se diluye muy poco a poco, en parte, cree la informática, gracias a los referentes femeninos que sí tienen las niñas, como sus hijas, que han visto cómo su madre se convertía a finales de 2019 en consejera delegada de Madrid Digital.
Pero antes de eso, Elena Liria tuvo que dar dos importantes pasos: primero, dejar su ciudad natal, Bilbao; después, dejar el sector privado, en el que se estrenó laboralmente en 1996. «Cuando me puse a buscar trabajo después de licenciarme, la situación para los informáticos era muy distinta a la del bum de ofertas actual, así que acepté la primera oportunidad que me surgió, y fue aquí en Madrid, como consultora;nueve años después y con un cambio de empresa de por medio, decidí prepararme para un concurso de oposición de la Comunidad de Madrid, inicialmente, como un avance hacia la conciliación familiar», explica la protagonista, que continúa: «Lo conseguí en septiembre de 2005 y desde entonces siempre he ocupado lugares de responsabilidad dentro de Madrid Digital, organización de la que he aprendido mucho y en la que he dado con mi vocación de servicio». Y no es para menos, ya que esta agencia gestiona a diario más de 1.500 aplicaciones para trámites administrativos, la red de comunicaciones que conforman más de 4.600 edificios públicos y los puestos de trabajo digitales de un total de 90.000 empleados.
Es decir que, al final, su ritmo ahora es tanto o más frenético que antes. A sus 48 años, es madre de dos niñas de 13 y 10, de un niño de 8 y líder indiscutible de su sector, y desde noviembre de 2019 no ha pisado por el taller de pintura, una afición a la que ha tenido que renunciar, pero que le gustaría retomar si es que eso de hacer de la Comunidad de Madrid la región más digitalizada de Europa se lo permite, claro.
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