Ferratus radical: finura, frescura y amabilidad

Qué difícil resulta describir un vino en tiempos contemporáneos donde casi todo el mundo va, como diría el crítico futbolístico, a por la misma pelota. Muchas bodegas, con el bagaje de conocimientos de viticultura de elaboración que ahora se tiene, y con la mundología de haber vivido y bebido casi todo, se pretende esa borgoñización del gusto que es la finura, la frescura y la amabilidad del paso de boca.

Y en la Ribera del Duero, ese territorio de transición de felicidad que hay en el corazón de España, y que ha pasado por muchos avatares desde que se inventaron en los 80 algunos pioneros ese lugar de promisión hasta las malas andanzas de lo comercial, existen todavía algunas visionarias como María Luisa Cuevas que saben mimar, y parar y templar, el vino tinto. Un asomo del tiempo detenido a lomos de un viñedo con una altitud razonable, con una edad ya provecta y con el tempranillo como aliado de fruta rotunda y evocadora.

Probablemente un vino tan perfecto, de tanta intensidad dulce y golosa pase por no ser llamativo incluso llamándose en su origen en el marasmo de hoy. Pero su significado largo y sultán es digna de toda la suerte.

Bodega: Cuevas Jiménez

Vino: Ferratus Origen 2017

D.O.: Ribera del Duero

Pvp: 22 euros

www.ferratus.es