La semana
Ayuso amplifica el discurso contra el sanchismo y la izquierda le prepara una campaña caliente
La confrontación con el presidente seguirá siendo su principal baza y el discurso se adaptará a los municipios donde haya que arañar votos
La izquierda se prepara para asaltar las calles ante la cita electoral de mayo. Satisfechos con el ensayo realizado con la sanidad madrileña, Más Madrid, PSOE y Unidas Podemos abonan el terreno para una campaña de movilizaciones que desgaste a la presidenta en su intención de lograr la mayoría absoluta para el PP en la región.
La manifestación por la Sanidad pública de noviembre ha compactado al bloque de izquierdas en torno al objetivo de erosionar a Ayuso y, a su vez, impedir que la líder de Más Madrid, Mónica García, se ponga la medalla de organizadora única de protestas. La huelga de médicos se ha enquistado esta semana tras la interrupción navideña y las movilizaciones amenazan con continuar. Para ello, los organizadores han introducido cambios en el comité de huelga y han diseñado un nuevo plan de reivindicaciones entre las que destaca el aumento de las remuneraciones para los facultativos y la limitación de la sobrecarga laboral. El nuevo establishment sindical ha anunciado un encierro indefinido y movilizaciones sine die.
La convocatoria del domingo y un conato de protesta de los taxistas en la capital han encendido la mecha de las mareas, que tan buenos resultados electorales le dieron a Esperanza Aguirre. La situación podría repetirse si se suceden las marchas de distintos colores por las calles de Madrid, lo que augura excelentes resultados para la líder popular. La crisis económica de 2008, con los brotes verdes que sólo vio Zapatero; la división generada por la Ley de Memoria histórica; De Juana Chaos en la calle… La batalla ideológica dada por la entonces presidenta y la confrontación nacional es emulada por Ayuso en el contexto actual para lograr los imbatibles resultados de Aguirre en el cinturón rojo de Madrid.
Consciente de ello, la jefa del Ejecutivo madrileño ha amplificado su discurso contra el sanchismo en la semana en la que su partido abrazaba la moderación. La confrontación con el presidente seguirá siendo su principal baza y el discurso se adaptará a los municipios donde haya que arañar votos. Estos días, la jefa del Ejecutivo madrileño ha querido demostrar que ella sí da la batalla ideológica y los sopapos a Pedro Sánchez le han caído uno tras otro, brindándole titulares nacionales que otros líderes no consiguen.
La oposición ve esta exposición con una especie de envidia y admiración y, sobre todo, con la sensación de impotencia por no llegar a torpedear su mensaje: Sánchez es contrario a la pujanza de Madrid y por eso quiere asfixiar a la región, torpedeando la gestión del PP. Ante el inevitable calado social del discurso de Ayuso, a la izquierda le queda poco más que la calle para evitar su ascenso electoral en la Comunidad. Hasta los estudiantes han convocado una protesta contra su nombramiento como alumna ilustre de la Universidad Complutense, según han anunciado esta semana Lo sorprendente es que el lema de la queja es «Ayuso persona non grata ¡Viva la lucha de las sanitarias!». Dos colores en un mismo lema: el de la marea verde y el de la blanca, para no perder oportunidades. El día 24, festividad de San Francisco de Sales, patrón de los periodistas, está prevista una «jornada de lucha» para repudiar a la líder popular.
Inmersa en la búsqueda de candidatos para ganar por mayoría absoluta, la también presidenta del PP de Madrid mantiene la tensión en plazas lideradas por «casadistas», al menos en aquella etapa que ya pareciera de la Edad de piedra. En Pozuelo de Alarcón el nerviosismo es máximo entre el sanedrín municipal liderado por Susana Pérez-Quisland. La tensión se ha calmado en La Rozas, donde otro «casadista», José de Uz, se ha encadenado a las encuestas que le dan buenos resultados, para luchar contra «paracaidistas» como Alicia Sánchez Camacho. Peores augurios le dan en la primera planta de Génova al alcalde de Majadahonda y hay algunos que cantan «Victoria» demasiado pronto, creyéndose redimidos de sus penalidades mediante la técnica de hacerse el mejor amigo de la presidenta en círculos privados. Las «victorias» a destiempo tienen mucho peligro en política, según reconocen los viejos de Génova. Que se lo pregunten a Antonio González Terol. Ayuso le mandó de candidato a Alcorcón para que purgara sus penas por apoyar al anterior presidente del PP frente a ella. Su última aportación a la política local fue el mantra «más caramelos, menos compresas». Se quejaba el candidato de que, en la Cabalgata de Reyes, el gobierno local distribuyó pocos dulces, mientras en los supermercados se ofrecían gratis productos de higiene íntima femenina por indicación de los que mandan en el municipio. Después de su intento fallido por ser candidato a la Comunidad de Madrid frente a Ayuso, el PP le sacó de Boadilla del Monte, donde revalidó su mayoría, integrándose en el núcleo de confianza de Casado. Ahora, en Alcorcón, tiene la oportunidad de demostrar que es «ayusista» conquistando una de las plazas más importantes.
El PP utilizará la buena gestión y el crecimiento del bienestar en la Comunidad de Madrid para no perder votos en aquellos territorios que gobierna y, a su vez, conquistar el cinturón rojo. El PSOE, con el resto de formaciones de izquierdas, aludirá a la Sanidad como ejemplo de lo que consideran el desbaratamiento de los servicios públicos. La calle empieza a caldearse.
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