Legado
La Iglesia de San Millán y San Cayetano avanza en su reforma
Continúan las obras de restauración de la iglesia de Lavapiés, a la que la Comunidad de Madrid ha destinado 1,5 millones desde 2018
La Comunidad de Madrid continúa avanzando en la restauración de la histórica Iglesia de San Millán y San Cayetano, ubicada en la calle Embajadores, en el tradicional barrio de Lavapiés. El consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Mariano de Paco Serrano, visitó ayer el emblemático templo barroco, que fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1980.
Desde 2018, el Gobierno regional ha destinado más de 1,5 millones de euros a la recuperación de este importante edificio, cuya construcción comenzó en 1669 bajo la dirección del arquitecto Marcos López y fue completada en 1761 por Francisco de Moradillo, con contribuciones de destacados arquitectos como José de Churriguera y Pedro de Ribera. La iglesia, de grandes dimensiones, cuenta con una planta de cruz griega coronada por una impresionante cúpula sobre tambor y pechinas, rematada por una esbelta linterna que permite la entrada de luz natural. De Paco Serrano destacó que la conservación del patrimonio histórico-cultural de Madrid es una prioridad para el Gobierno regional. «Cuidar y restaurar nuestro legado es una responsabilidad que recae en las administraciones, instituciones y ciudadanos», afirmó el consejero durante su visita.
Este año, las obras de restauración han estado centradas en la fachada norte, situada entre la iglesia y los edificios de la calle Abades. Esta fachada incluye la única linterna original que sobrevivió al incendio de la Guerra Civil. En julio, se realizó un estudio con georradar en el interior del edificio para obtener información detallada y planificar futuras intervenciones.
La iglesia de San Millán y San Cayetano, que inicialmente formó parte del convento de Nuestra Señora del Favor, ha tenido una historia turbulenta. Tras su construcción, el edificio permaneció vacío desde 1822 hasta que fue cedido a los frailes de San Gil por Fernando VII. Con las desamortizaciones, las estancias del convento fueron convertidas en viviendas, mientras que la iglesia permaneció abierta al culto. En 1869, la Parroquia de San Millán también fue trasladada a este templo. Durante la Guerra Civil, la iglesia fue incendiada, lo que causó la destrucción de su interior. Sin embargo, gracias a la intervención del arquitecto Fernando Chueca Goitia, la fachada fue preservada y la cúpula central reconstruida. La iglesia fue reinaugurada en 1962, tras la constitución de una comisión que incluyó a la Duquesa de Alba, y fue declarada Bien de Interés Cultural.
Cada 7 de agosto, el templo celebra la festividad de San Cayetano, una de las devociones más importantes de Madrid junto a San Lorenzo y La Paloma. Durante esta celebración, se realiza una procesión en la que los fieles, siguiendo una tradición centenaria, rezan al santo y toman una flor de su carroza, con la creencia de que sus peticiones serán escuchadas. La restauración de la Iglesia de San Millán y San Cayetano no solo preserva un importante monumento histórico, sino que también refuerza el vínculo entre el pasado y el presente, manteniendo viva la riqueza cultural de Madrid para futuras generaciones.