Tradición

Ingeniería popular en Guadarrama: ¿Qué son las atarjeas?

Ingenio y necesidad se dan la mano en este entramado de obras para abastecer de agua a los vecinos de esta zona de la región

Las atarjeas de Guadarrama
Las atarjeas de GuadarramaLRZLRZ

Un ejemplo de superación se diría hoy en día. Estamos ante un antiguo sistema que desarrollaron los vecinos de este territorio de Madrid haciendo de la necesidad virtud. Y es que tenían el elemento principal: el granito, que está en la esencia de la arquitectura de la Sierra de Guadarrama. Esta es la clave material de esta gran obra hidráulica, construida a finales del siglo XIX en las laderas de Matarrubia para llevar el agua a Moralzarzal, a la fuente de la Plaza de la Constitución y a la de los Cuatro Caños, en el centro del pueblo. Y quizá más allá, pues muchas de estas obras han caído en el olvido y ni los propios lugareños saben el alcance que pudo haber tenido esta relevante empresa.

Unas atarjeas claves en el desarrollo y la vida de la zona que contenían, en origen, una tubería de hierro fundido por donde discurría el agua, todavía apreciable en algunos tramos. Estas atarjeas encauzan y recogen agua de los manantiales que circulan por el monte del Robledo, con su origen en los arroyos Grande y el de Peñalagua. Esta obra bebe, nunca mejor dicho, en su esencia, de la rica tradición hidráulica islámica que se ha perfeccionado con el paso de los siglos en todo el territorio que es hoy la Comunidad de Madrid. Ejemplos antiguos e importantes tenemos también en todo el Levante español y en Andalucía. Unas obras de ingeniería, mayor y menor, que han llegado hasta nuestros días.

Los más humildes sistemas de aljibes y acequias han sido esenciales en el crecimiento de los municipios serranos que nos ocupan, creciendo hasta el gran número de embalses existentes en la actualidad, que garantizan con generosidad el agua a todos los madrileños. Incluso en estos momentos de olas de calor y falta de lluvias.

Las atarjeas de Guadarrama
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Un conjunto singular de fuentes entre las que destaca la llamada de los Cuatro Caños. Esta fuente da de beber a los vecinos de Moralzarzal desde 1817, continuando a día de hoy suministrando agua del manantial del Robledo. Desde su creación consta de dos grandes obras de ingeniería hidráulica. Una realizada en 1817 desde los manantiales de Juncarejo a los Caños Viejos y otra, algo más tardía, de 1885 desde los manantiales del Robledo a los Caños Nuevos. Debida a la gran cantidad de agua que llegaba a la fuente desde la obra de 1885, se realizó una ampliación de la conducción hasta la plaza del pueblo donde se hizo otra fuente. Además desde los Cuatro Caños se llevó agua al que fuera lavadero del pueblo, situado en lo que hoy es el parque del Raso, el cual se está recuperando como patrimonio municipal. Una presencia del agua, ahora que Madrid y tantas regiones de España sufren distintas olas de calor y sequía que muestra a las claras la importancia que en aquellos tiempos se daba a este elemento. Y a la urgente necesidad de no malgastarlo y tener acceso fácil a él.

Unas atarjeas y arquetas, llamadas a conducir el agua de toda esta amplia zona de la Sierra de Guadarrama que, por su complejidad y laboriosidad, en la realización de todo el entramado de pozos y canalizaciones, han merecido formar parte del recorrido puesto en marcha por la Comunidad de Madrid con el nombre de «Los 14 Imprescindibles de la Sierra de Guadarrama». Junto a las atarjeas encontramos la posada romana El Beneficio, en Collado Mediano; el pasado remoto de la aldea visigoda de Hoyo de Manzanares, y el yacimiento de El Rebollar en El Boalo; sin olvidar el Castillo de los Mendoza de Manzanares El Real, entre otros. Una historia de poblaciones y gentes que han moldeado este territorio. Todo un ejemplo del buen hacer y del ingenio de los habitantes de la Sierra de Guadarrama.