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Madrid

Madrid desde las alturas: 10 miradores para contemplar la ciudad

Estos son los parques y jardines que ofrecen las mejores vistas del "skyline" madrileño y que forman parte de una nueva ruta impulsada por el Ayuntamiento de la capital

Turistas pasean junto al Templo de Debod en Madrid Alberto R. RoldánAlberto R. Roldán

En Madrid hay vida más allá del Retiro y la Gran Vía. A veces, para redescubrir una ciudad basta con subir una pequeña colina, pasear por un sendero o simplemente sentarse en un banco orientado al horizonte. El Ayuntamiento de Madrid, ha lanzado una ruta que invita a madrileños y visitantes a disfrutar de la ciudad desde las alturas, a través de diez miradores naturales situados en parques y jardines distribuidos por todo su perímetro. Una propuesta pensada para fomentar el contacto con la naturaleza, revalorizar el patrimonio verde de la ciudad y, sobre todo, mirar Madrid con otros ojos.

La ruta, bautizada como “Madrid 360º”, recorre diez enclaves que permiten observar el skyline de la capital desde todos los puntos cardinales. Desde la monumentalidad del Palacio Real a las modernas Cuatro Torres, pasando por el curso tranquilo del río Manzanares o las siluetas lejanas de la sierra. Una invitación a escapar del ritmo frenético del asfalto y reencontrarse con la ciudad desde el silencio y la altura.

Ubicado en el distrito Centro, entre el Seminario Conciliar y la Basílica de San Francisco el Grande, el Parque de la Cornisa ofrece una de las panorámicas más icónicas del casco antiguo madrileño. Desde sus caminos ajardinados se abren vistas privilegiadas al Palacio Real y la Catedral de la Almudena. En el distrito de Puente de Vallecas, este parque es conocido popularmente como “el de las siete tetas”, por las suaves colinas que lo forman. Subir a cualquiera de sus cumbres ofrece una de las vistas más completas de Madrid. Desde allí se puede ver el centro, las torres de Plaza de Castilla y, en días despejados, incluso la sierra. Al amanecer o al atardecer, el espectáculo está garantizado.

Por otro lado, el Parque Lineal del Manzanares sigue el cauce del río Manzanares desde el sur de la ciudad, atravesando Usera y Puente de Vallecas. Entre sus paseos y zonas deportivas se asoman vistas inesperadas del sur de Madrid. Las estructuras de la Caja Mágica y el centro cultural Matadero contrastan con el verdor del entorno.

Con sus más de 1.700 hectáreas, la Casa de Campo es el parque más grande de Madrid y uno de los más extensos de Europa. Además de su lago, su teleférico y sus rutas para senderistas, guarda un secreto a voces: algunas de las mejores vistas del centro de la ciudad. Especialmente desde sus puntos más altos, como la zona del cerro Garabitas, se puede contemplar el skyline clásico: el Palacio Real, la Catedral y las torres de Plaza España.

Junto a la Casa de Campo y el río, la Huerta de la Partida recupera el antiguo huerto del Palacio Real. Desde su ubicación privilegiada, se puede observar la majestuosidad del Palacio y la Almudena enmarcados por árboles y setos. Es un lugar más recogido y tranquilo que su vecino parque, lo que lo convierte en un rincón perfecto para una cita con la historia y la naturaleza.

Esencia castiza y puesta de sol

En pleno corazón del distrito Centro, el parque de Las Vistillas es mucho más que un lugar de paso o un escenario de fiestas populares como San Isidro. Este espacio elevado ofrece una de las mejores vistas del oeste madrileño, especialmente del Palacio Real y la Catedral de la Almudena, cuyas siluetas recortadas sobre el cielo al atardecer se convierten en una postal inolvidable. Las Vistillas combinan la tradición castiza con el encanto de los miradores urbanos.

Situada en el distrito de Moncloa-Aravaca, la Dehesa de la Villa es un espacio natural que se mantiene casi salvaje. Pinos, encinas, senderos de tierra y fauna autóctona conviven en este antiguo terreno forestal reconvertido en parque. Desde algunos de sus claros, las vistas son doblemente privilegiadas: por un lado, se observa el norte de Madrid, incluyendo zonas como Chamartín y las Cuatro Torres; por otro, en días despejados, se distingue con claridad el perfil de la Sierra de Guadarrama. Sin duda, un lugar para perderse, practicar senderismo, hacer pícnic o simplemente desconectar del ruido sin salir de la ciudad.

Hacia el suroeste de la capital, en el distrito de Latina, encontramos otro gran espacio verde: la Cuña Verde de Latina. Este parque lineal ofrece kilómetros de caminos para peatones y ciclistas, zonas de juegos y áreas de descanso. Pero lo que realmente lo convierte en un mirador es su elevación respecto al entorno. Desde algunos tramos se puede observar una panorámica sorprendente del centro de Madrid, con la Catedral, las torres de Plaza España y el perfil montañoso al fondo. Es un espacio que combina perfectamente el uso recreativo con el disfrute visual.

Cerrando este círculo visual de 360º, llegamos a la Cuña Verde de O’Donnell, en el distrito de Moratalaz. Este parque, que muchos madrileños aún desconocen, forma parte del gran anillo verde que rodea la ciudad. Su ubicación en el este le permite ofrecer perspectivas únicas de la ciudad desde un ángulo menos habitual. Desde sus zonas más elevadas se pueden observar las torres del centro financiero, los barrios del sur y el constante crecimiento de la capital hacia el este.

Con esta ruta, el Consistorio no solo pone en valor el patrimonio natural de Madrid, sino que invita a ciudadanos y visitantes a vivir la ciudad de una forma más consciente, más lenta y más conectada con el entorno. Se trata de una experiencia accesible para todos, gratuita, segura y abierta los 365 días del año. Puede recorrerse en varios días, en bici, a pie o en transporte público, pero lo más importante es el cambio de enfoque: dejar de mirar solo a lo que ocurre a ras de suelo, y empezar a levantar la vista.