Gastronomía
Madrid Hotel Week: todo pasa en los hoteles
Afortunadamente, quedó atrás la tendencia por la terrible comida «internacional»
La captación del turista (sobre todo del que tiene buen parné en el bolsillito) es uno de los objetivos de los hoteles de las grandes capitales. Pero no solo de pan vive el hombre, o lo que es lo mismo, no solo del forastero. Por ello, desde hace varios años y con muy buen resultado, los establecimientos hoteleros fetén están trabajando para derribar esa maldita pared (que diría el gran Bambino) psicológica, que siempre les ha separado de sus vecinos. Para ello, lo primero que han hecho es atraer talento y una oferta gastronómica atractiva, más allá de la terrorífica cocina internacional que tradicionalmente acogían sus cocinas (¿no tienen ustedes pesadillas con el lenguado meunière?). Otra estrategia acertada es la de organizar iniciativas corales, con múltiples eventos, apetecibles, con precios más o menos populares. Después de Hotel Tour llega a la Villa y Corte Madrid Hotel Week, que celebra su séptima edición del 3 al 12 de noviembre organizada por la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid.
En esta ocasión, participan los hoteles más conocidos de 4 y 5 estrellas, pero también otros espacios, con tres estrellas y hostales de los bonitos, de esos que piensan en un turista con menos posibilidades, pero dispuesto a ejercer de manera responsable, sin balconing ni odas al botellón ni mucho menos al desfase. Y todos han preparado un montón de actividades muy apetecibles, para un público muy amplio y en torno a un montón de áreas: música, gastronomía, arte, moda y compras, deporte y wellness y un largo y entretenido etcétera.
Uno de los eventos que más nos apetecen es el que tienen preparado los responsables del InterContinental. El chef Miguel de la Fuente ha diseñado un menú inspirado en el genial pintor Joaquín Sorolla, cuya casa familiar (hoy uno de los museos más hermosos de la ciudad) está muy cerca del hotel. El festín de alma mediterránea tiene un coste de 65 euros por persona y estará disponible durante todos los días del festival, en horario de comidas y cenas. Se compone de estos platos con maridaje: timbal de langostinos rallados, salmorejo de melocotones, alga wakame y geleé de agua de Valencia; lomo de merluza de pincho, timbal de fideuá gandiense y matices de tierra y bomba de turrón de Jijona, seguidos de café, té y mignardises. En la copa, vino blanco Viña Cantosán (D.O. Rueda) y vino tinto Viña Pedrosa (D.O. Ribera del Duero). Se sirve en su bonito restaurante principal, El Jardín del InterContinental. Además, cada reserva obtendrá una entrada para visitar el museo del pintor.
Pero hay mucho más. Centrándonos en lo gastro, nos encontramos con que en el Four Seasons organizan un interesantísimo menú (85 euros) con los clásicos de Dani García en Dani Brasserie, que es una excelente oportunidad por el precio y por la calidad de la propuesta. Menos elevado, pero muy divertido (¿qué entusiasta de Astérix el Galo no recuerda la escena de su aventura en Helvecia en torno a este plato?) es el menú con fondue, de quesos o chocolates suizos, que se ofrece en el H10 Puerta de Alcalá. Hay diferentes opciones, desde el menú completo de la fondue con una ensalada, un postre y una botella de vino (49 euros por persona), o bien las fondues de queso (19 euros) o dulce (14 euros). Y de regalo, las preciosas vistas que ofrece este espacio de envidiable ubicación. Y para los cocinillas, el VP Madroño organiza talleres de sushi los días 3 y 7 de noviembre por un módico de 50 euros.
De esta forma, los alojamientos turísticos de la ciudad se esfuerzan por atraer a los locales, ofreciéndoles una experiencia de glamour e incluso que les permita viajar con el paladar sin moverse de su propia ciudad. Así, los hoteles siguen a la altura de la ciudad que representan.
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