Opinión

Óscar Puente, el ministro del Gobierno de Sánchez de Transportes y Bloqueos

Ha llevado el «pielfinismo» institucional a un nivel superior

Óscar Puente afirma que el Gobierno se dejará "los pelos en la gatera" para normalizar la situación en Cataluña
Óscar Puente afirma que el Gobierno se dejará "los pelos en la gatera" para normalizar la situación en CataluñaEuropa Press

El Ministro de Transportes, Óscar Puente, ha encontrado, con la primera gran crisis de su mandato, una original manera de afrontarlas: bloquear en redes a todo aquel cuyas críticas le incomoden. También a los que ni critican. Del alcalde de Madrid o los delegados de Movilidad, Políticas Sociales o Cultura, pasando por el jefe de opinión de ABC o casi cualquiera con columna. Media profesión nuestra se encuentra bloqueada en estos momentos. No hace falta siquiera haber interactuado con el señor ministro. Es suficiente con haberle levemente irritado.

Puente ha llevado el «pielfinismo» institucional a un nivel superior. Cita, además, a Alsina para explicar su falta de cintura. Olvida, claro, que a Alsina le escuchamos si queremos. Basta con cambiar de dial y escuchar a la competencia. Es optativo. Pero él es ministro de todos. De los que votaron al PSOE y de los que no. De los que están de acuerdo con sus formas y modales y de los que apreciamos un poco más la buena educación. Los que preferimos un estilo un poco menos macarra. Pero él ha decidido que aquello de cuando éramos pequeños de «habla, Chucho, que no te escucho» va a ser su manera de encarar la legislatura. Que solo atiende a los halagos y las loas, porque él es así: estupendo y de Valladolid. Y los de Valladolid solo están a lisonjas y festejos. Que la vida es corta y los cercanías salen cuando a él le da la gana. Y si el dice que descarrilan por culpa de Ayuso es que descarrilan por culpa de Ayuso. Y chitón o le da a la tecla de bloquear y ahí se acaba el debate. No deja de ser una manera muy original de ejercer el poder: silenciar al pueblo cuando no baila la conga que él tararea. ¿Sorpresa?