Opinión

Óscar Puente, la nueva Irene Montero

Dejen que Óscar Puente siga siendo Óscar Puente. Él mismo, sin filtros

Óscar Puente
Óscar PuenteEUROPAPRESSEuropa Press

Andaba yo mohína por el hueco que deja Irene Montero. No porque sea intelectualmente insustituible o por una impagable labor al frente del Ministerio de Igualdad, ni mucho menos. Porque siempre te arreglaba una columna. A veces pasa que ya has opinado de todo, pero te toca seguir haciéndolo. Porque ese es tu trabajo. Y ese momento, cuando ya no sabías de qué más opinar, pues echabas mano de Irene Montero. Porque siempre había hecho algo. O se había gastado una pasta en algún estudio prescindible, o había contratado a una ilustradora que había utilizado imágenes sin pagar por ellas, o se había metido con el Fary, o había escrito algo en X (antes Twitter). Qué sé yo. Siempre había algo. Pero todavía no me había dado tiempo a echarla de menos cuando ya teníamos con cartera a Óscar Puente. Y, oye, una joya. Ni una semana hace que es ministro de Transportes y Movilidad Sostenible (no de la otra) y ya es mi ministro favorito de esta legislatura. Me lo paso mejor con sus declaraciones que leyendo El Mundo Today.

Es más, a veces creo que le asesora ese medio. Tan involuntariamente cómico es. Cruzo los dedos para que nadie le llame al orden, para que no le escriban los discursos, para que no le pongan asesores. Por favor. Dejen que Óscar Puente siga siendo Óscar Puente. Él mismo, sin filtros. Que lo mismo te confirma que si no fuera porque necesitaban los siete votos de Junts, ni amnistía ni nada (ni convivencia ni desjudicializar la política) que, para arreglarlo, te habla de casarse de penalty. Ahora anda explicando que la movilidad sostenible es también femenina y no sabemos si se refiere a democratizar los tacones de aguja o a pintar de rosa autobuses. Puente promete. De eso no hay duda.