Escapada
El pueblo de Madrid perfecto para refugiarse del calor
Una población que nació del sueño ilustrado y conserva el sabor de su arquitectura barroca como pocos
La llegada del buen tiempo, de mayor cantidad de horas de sol y calor, incluso de demasiado calor, bien se puede celebrar en una localidad que refleja a la perfección las ganas de sumarse al sueño ilustrado y a desarrollar ideas económicas y políticas de prosperidad. A poco más de media hora de Madrid capital está el orgullo barroco de un pueblo único. Considerado como una de las localidades más bonitas de España, se asienta en la conocida Alcarria madrileña, un espacio natural tan cercano -y a la vez tan alejado de la gran ciudad-, que lo hace único. Nuevo Baztán surgió como núcleo de población en el siglo XVIII, entre los años 1709 y 1713, al calor de la fábrica de vidrio fundada por el empresario e ilustrado navarro Juan de Goyeneche, originario del Valle del Baztán. De ahí su nombre. Un homenaje a sus raíces en la región madrileña. Convertido en Monumento Histórico-Artístico y en Bien de Interés Cultural, hoy Nuevo Baztán es uno de los pueblos más interesantes de conocer de la Comunidad de Madrid.
Entre los ríos Henares y Tajuña, en un entorno privilegiado, Nuevo Baztán fue desarrollado, desde el punto de vista urbano, de nuevo cuño, por el arquitecto José de Churriguera entre los años 1709 y 1713 al calor de la fábrica de vidrio fundada por Goyeneche.
En parte caída en el olvido durante años, esta industria y todos sus espacios estuvieron operativos hasta mediados del siglo XVIII y tras su cierre Nuevo Baztán permaneció en estado de casi abandono, hasta que en 1941 fue declarado Monumento Histórico-Artístico. Un intento afortunado por sacarlo del ostracismo en el que se encontraba, con la intención de revitalizar la zona. Desde marzo de 2000 el conjunto formado por el Palacio de Goyeneche y la iglesia dedicada a Francisco Javier tiene, como apuntamos, la consideración de Bien de Interés Cultural.
Desde un punto de vista urbanístico Nuevo Baztán es una joya de la ordenación ilustrada, pues fue concebido como una unidad, y un ejemplo del orden llamado a imponerse en el urbanismo de las nuevas ciudades... y de los pueblos. Buen ejemplo de todo ello es su palacio, la iglesia y los edificios fabriles, aprovechados hoy en día como espacios de exposiciones y conciertos.
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