Gastronomía

Seis lugares donde ir a comer en Madrid en el puente del Pilar

«La Carnaza» define su carta como una propuesta «sin tonterías». En el Club Allar, José María Goñi hace una reinterpretación libertaria de los platos de Berasategi.

José María Goñi, el joven chef empeñado en modernizar El Club Alla rd junto a Martín Berasategui
José María Goñi, el joven chef empeñado en modernizar El Club Alla rd junto a Martín BerasateguiLa Razón

¿Qué mejor manera de celebrar la Hispanidad que con un día festivo? El sanísimo disfrute del tiempo de ocio es algo que une a todas las comunidades hispanas y, si me apuran, a las del resto del continente.

Algunos afortunados tendrán un viaje planificado maravilloso; otros deberán maravillárselas para lidiar con los niños, que gozarán de un merecido descanso tras su dura vuelta a la rutina. Y los hay que trabajan el viernes, pero con el cuerpecito descansado después de un día de esparcimiento. Todos querrán, eso sí, aprovechar el buen tiempo para disfrutar de los mejores planes gastro para el puente del Pilar en Madrid. Sean como sean, no olviden que la mejor manera de festejar es comer y que el cuerpo no está hecho para dietas.

El entorno de plaza de España va a ser un hervidero cultural (y de gente) porque acoge un gran número de conciertos de toda clase y condición. Para aquellos que quieran algo multicultural (salvo el jueves, que cierra) no se pierdan la zona de pequeños restaurantitos del mercado de los Mostenses. Coreanos, chinos (ojo a los espacios de dim sum, maravillosos), peruanos y un sinfín de espacios de street food de la buena y que, a Dios gracias, tiene bastante afluencia pero no se ha pervertido todavía y los precios son sumamente razonables. Esas calles son sucursal del barrio chino (que es Usera), y por eso encontramos muchísimos orientales deliciosos.

Hemos descubierto recientemente Sabor Cantonés, un lugar ideal para disfrutar de los platillos más típicos de esta región del sur de China, pero también para aquellos que deseen explorar sabores y texturas diferentes.

En el extremo opuesto, El Club Allard, en el que el joven José María Goñi hace una reinterpretación libertaria y viajera de los platos de Berasategui, asesor del espacio, y sorprende con los suyos propios, con gran gusto por Japón.

Justo al lado, y para bolsillos con menos posibilidades, la taberna Madrí Madre ofrece recetas del cocinero con más «garrote» a precios razonables, sobre todo teniendo en cuenta la excepcional ubicación.

Si son más del entorno del barrio de Salamanca, pueden aprovechar y ver la exposición de Amazônia, la exposición del fotógrafo Sebastião Salgado, que ha reflejado toda la enormidad de la naturaleza y su relación con doce comunidades indígenas en lugares muy recónditos de esta selva tropical. Ir puede ser una buena idea para enseñar a los más pequeños de casa la diversidad del ser humano y la importancia de cuidar el medio ambiente. Y luego, a solo diez minutos de agradable paseo, podemos llevarlos a La Carnaza, una hamburguesería que define su carta como una propuesta «sin tonterías», a base de buena carne, pan de MadreAmiga e ingredientes ricos. El sitio está muy bien, y para los que nos gusta el vino tienen algunas referencias que van, en cualquier caso, mucho más allá de lo que se suele encontrar en un sitio consagrado al culto «hamburguesil». También les queda a un tiro de piedra La Bien Aparecida, uno de esos espacios en los que no se falla. Y también está cerca del recorrido del tradicional desfile militar, así que miel sobre hojuelas.

Por esta misma la zona, para rematar, les aconsejo un espacio chiquitito y rompedor que me han soplado hace unos días por el pinganillo. Se trata de Oguis, un espacio en la calle General Oráa donde venden panes de masa madre rellenos de guisos de abuela, contundentes y jugosos, con opción de envío a domicilio. Aprovechen también, por supuesto, para descansar, holgazanear y visitar esos restaurantes de su barrio por cuya puerta pasa a diario, pero a los que no entras porque no aparecen casi nunca en las páginas de gastronomía de ningún medio, pero que atesoran, muchas veces, recetas maravillosas. Eso también es patriotismo.