Educación

Solo uno de cada cuatro alumnos LGB madrileños ha salido del armario

El porcentaje de personas que no creen que el aula sea un ambiente suficientemente seguro aumenta en cuatro años del 16,8% al 21,2%

Bandera LGTBI en el barrio de Chueca durante la celebración del Día Internacional del Orgullo LGTBI
Bandera LGTBI en el barrio de Chueca durante la celebración del Día Internacional del Orgullo LGTBIJesús HellínEuropa Press

Solo el 23 % de los alumnos madrileños de Secundaria que se consideran homosexuales o bisexuales ha salido del armario, según el informe "LGTBIfobia en las aulas" publicado este viernes por COGAM, que detecta que el porcentaje del alumnado que ve el centro educativo como un lugar hostil para expresar su orientación sexual ha aumentado con respecto a la anterior encuesta.

"Comparando los resultados de 2019 con los de 2022 para la población LGB, se detecta que el porcentaje de personas que no creen que el aula sea un ambiente suficientemente seguro aumenta del 16,8 % al 21,2 %", concreta el informe. Sin embargo, el porcentaje de los alumnos lesbianas, gais o bisexuales que sí ha salido del armario es ligeramente mayor: pasa del 20,4 % al 22,8 %, aunque el 77 % de los menores del colectivo todavía no son visibles.

Los datos provienen de una encuesta realizada en 2022 a 6.256 alumnos de Secundaria, Bachillerato y FP de 66 centros educativos madrileños de 27 localidades, la mayoría públicos. En la presentación del informe, COGAM ha advertido que la encuesta se realizó en centros con una especial "sensibilidad" por el colectivo LGTBI, por lo que los resultados son "más positivos" que si la muestra se compusiera de colegios escogidos aleatoriamente.

Según los datos obtenidos, el 97,2 % del alumnado es cis (se identifica con el género asignado al nacer), mientras que un 2,7 % asume su identidad de género como trans, al no identificarse con el género asignado al nacer.

Sobre la orientación afectivo-sexual, los heterosexuales son la mayoría (74,1 %), seguido por alumnado bisexual (12,2 %) y el homosexual (3,9 %). El porcentaje que señala no tenerlo claro o prefiere no decirlo es del 9,7 %. La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha celebrado la recopilación de estos datos, que, en sus palabras, "permiten conocer la realidad de las infancias LGTBI en los centros educativos" y son "muy importantes para asegurar que la escuela es un espacio para todos" y un lugar "libre de discriminación y violencia". En su intervención durante la presentación del informe, la ministra ha destacado "la importancia que tiene el sistema educativo para promover el respeto por la diversidad y los derechos de las personas LGTBI", y ha mostrado su deseo de que "nadie más en nuestro país tenga que vivir dentro de un armario".

Ambiente hostil en el aula

El 15 % de los alumnos confiesa prejuicios contra el colectivo LGTBI, un rechazo que se extiende mayoritariamente entre los chicos cisheterosexuales, el 33 % de los cuales prefiere que la diversidad de sus compañeros LGTBI "no se note". Además, solo el 66,5 % de los alumnos madrileños afirma defender a compañeros LGTBI ante situaciones de acoso (el 1,5 % declara que se uniría a las burlas) y casi el 60 % rechaza la idea de tener una pareja bisexual. Las víctimas de acoso parecen estar más indefensas que en 2019, cuando los indicadores eran más positivos, puesto que un 77 % de los encuestados se posicionaba a favor de defenderlas y el alumnado acosador era el 1 %. Los alumnos tampoco perciben un respaldo claro en casa, puesto que el 24,7 % considera que su familia no los apoyaría si fueran LGTBI. La peor parte del acoso recae sobre los menores trans, el 17 % de los cuales denuncia haber recibido insultos LGTBIfóbicos -frente al 7 % del alumnado LGB-, pese a que el 91 % de sus compañeros manifiesta "aceptarles sin problemas".

Además, el 14 % de los alumnos trans afirma sufrir también acoso por redes, algo que solo padecen el 3 % de sus compañeros homosexuales o bisexuales.

"Estos datos parecen señalar que a pesar de que el alumnado muestra una aparente tolerancia hacia las personas trans, esta no se corresponde con sus conductas", puntualiza el informe. Ante estos datos, Montero ha apuntado que es en los centros educativos donde los menores reciben "el aprendizaje de lo que es la vida en sociedad" y de cómo "convivir", por lo que son espacios clave para "acabar con la impunidad de quienes quieren que la diversidad no exista o que siga habiendo personas que vivan en los armarios". Entre las recomendaciones de COGAM para avanzar en este camino destacan el acercamiento de referentes positivos para el alumnado LGTB, la formación del profesorado y la implementación de la educación sexual.

También solicitan que los centros educativos cuenten con protocolos de actuación para atender las necesidades de los menores LGTBI, además del despliegue de los recursos necesarios para facilitar el desarrollo "real y efectivo" de la ley madrileña de protección integral contra la LGTBIfobia.