
Patrimonio
Suciedad, grietas y corrosión: la diosa Cibeles será restaurada en 2026
Tras una ITV de 14 semanas, el Ayuntamiento de Madrid procederá a garantizar su conservación. Los trabajos se llevarán a cabo el verano del año que viene, con un coste de 350.000 euros

La diosa Cibeles ha pasado por una intensa ITV de 14 semanas. Historiadores, físicos, químicos y arquitectos han realizado en los últimos meses un chequeo completo. Entonces, el Ayuntamiento de la capital avanzó que, dependiendo de esos «estudios previos», la fuente se restauraría o no. El resultado: grietas, oxidación de piezas de hierro, problemas de estabilidad en algunos elementos y acumulación de suciedad. La escultura acometerá un completo lavado de cara el año que viene.
Así lo ha anunciado la delegada de Cultura, Turismo y Deportes del Consistorio, Marta Rivera de la Cruz, que quiso subrayar el compromiso del Gobierno municipal con uno de los "puntos álgidos" del Paisaje de la Luz, única zona de la capital considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. "Es una intervención aconsejable, pero no inmediata. Y es muy posible que, lo que hagamos ahora, evite una intervención de urgencia en el futuro. Y mucho más cara", añadió Rivera de la Cruz. En esa línea, la jefa del servicio de conservación preventiva, Victoria Sandstede, explicó que el conjunto se encuentra en un "estado aceptable de conservación". De hecho, los mármoles utilizados -el de Montesclaros y el de Carrara- "no presentan problemas de coherencia del material ni daños mecánicos importantes que comprometan su permanencia". Así, si bien no hay "grietas importantes" que supongan una "amenaza", sí que se ha dado con una serie de problemas.
¿En qué consistirá la intervención? De entrada, tendrá una inversión superior a los 350.000 euros, que incluirán la redacción del proyecto, la ejecución de los trabajos y la dirección de restauración. La obra se acometerá durante el verano de 2026, de junio a octubre. Una vez instalados los medios auxiliares, se limpiará de forma preliminar el conjunto escultórico y se eliminarán los morteros inadecuados. Posteriormente, se limpiarán las superficies pétreas según las necesidades de cada zona y se tratarán las juntas y el sellado de fisuras. Del mismo modo, se aplicará un tratamiento biocida, se consolidarán los materiales pétreos, se tratarán los elementos metálicos más perjudicados por la corrosión y se mejorarán las condiciones de estabilidad. Por último, se procederá al entonado de pérdidas y reintegraciones y se aplicará un tratamiento hidrofugante.
Entre otras labores, se eliminarán las acumulaciones superficiales de polvo del Sáhara y de excrementos de animales. En lo que se refiere a la limpieza de la superficie pétrea, "es clave la intervención basada en las características particulares de cada zona y tipo de mármol, su textura y ubicación". Así, los "depósitos no adheridos", como sales solubles y polvo atmosférico, se limpiarán mediante cepillado suave; los "depósitos medianamente adheridos" se retirarán con espátulas y bisturíes y empacos de agua y alcohol. Por último, para los "fuertemente adheridos", se combinarán técnicas mecánicas y fotónicas, rebajando primero su presencia mediante un "torno micromotor" y, después, utilizando un sistema de microproyección.
En cuanto a la intervención en el conjunto escultórico, se limpiará la suciedad, la intervención técnica estará basada en las "características particulares de cada zona y tipo de mármol", combinando el uso del sistema fotónico, el sistema de microproyección de áridos y el "microcincel". De esta forma, los técnicos se asegurarán de que "cada herramienta se aplique en las zonas y condiciones donde resulte más efectiva".
Así, son tres los objetivos principales: recuperar la percepción de los materiales pétreos del conjunto escultórico; asegurar la estabilidad del conjunto y proteger el monumento de cualquier vía de entrada de agua al interior de la piedra.
Hace diez años
La última intervención realizada sobre la fuente data de 2016. Entonces, consistió en la aplicación de tratamientos correctivos y preventivos. Entre otros aspectos, se eliminó la «costra biológica», que era de especial intensidad en las zonas bajas de la piedra en contacto con el agua de la fuente. En cuanto al rejuntado y sellado de grietas, se ejecutaron con mortero de cal hidráulica natural pigmentada en masa. De esta forma, el mármol gris, procedente de Montesclaros (Toledo) recuperó su «tonalidad adecuada».
Al igual que ha ocurrido en intervenciones recientes -las obras en la vecina Neptuno-, el Ayuntamiento avanza que alguna empresa -como ocurrió entonces con L’Oréal Groupe España- ha mostrado su interés por colocar una lona publicitaria en el entorno de las obras. Algo que, como afirma Rivera de la Cruz, el Ayuntamiento vería con buenos ojos, ya que eso supondría que "estas obras sean lo menos gravosas posible para los madrileños".
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