Gastronomía
Terrazas gastro contra los chapuzones de verano
Un sitio nuevo es Rocacho Plaza, que mantiene la esencia de su casa madre. Berria es uno de los lugares en los que mejor se bebe del centro de la capital
Qué corto se nos hace el verano y qué largo el invierno! Las ecuaciones de Albert Einstein no han sido capaces de explicar por qué el periodo estival, con una duración similar a la de otra estación, se hace tan breve en comparación con otros menos vacacionales. Las terrazas son esos reductos que contribuyen a hacernos sentir que la calle todavía puede disfrutarse en plenitud, que todavía estamos ausentes de las rutinas y las obligaciones, pero habida cuenta del acto de presencia que está haciendo la lluvia, es complicado poder darle al terraceo sin riesgo de agarrarse una pulmonía. Por ello, traemos a estas páginas algunos restaurantes con terrazas bien acondicionadas, con una buena carta, ideales para gozar de los últimos coletazos del estío sin que exista la posibilidad de ponerse como una sopa.
Una de ellas es la de Premiata Forneria Ballarò. Este italiano resultón es como ese amigo que siempre reconforta y sorprende por mucho que se le frecuente. Su dueño, Rafa Vega (lector empedernido, personaje cultísimo), organiza en su trattoria, a partir del próximo 14 de septiembre, sus «jueves de ópera» La soprano Ingartze Astuy y el contratenor Germán Torrellas interpretarán varias de las más famosas arias y otras obras del cancionero clásico italiano. La carta es la habitual, solo que hay que pagar un coste extra de nueve euros y, como el aforo está limitado a 44 personas, es mejor reservar.
Otro sitio nuevo es Rocacho Plaza. Ubicado en la plaza del Marqués de Salamanca, mantiene la esencia de la casa madre de Padre Damián, uno de los asadores modernos y de las llamadas «mesas del poder» y sus carnes espectaculares. En este recién inaugurado espacio encontramos, además de la carta habitual, una versión especial para el momento del picoteo. Tiene tres terrazas, dos abiertas y una cerrada, y una carta de vinos por copas, para el aperitivo, muy completa y que agradará a los que valoran esta opción y son exigentes.
Fuera de la almendra central madrileña, créanme, cada vez hay más marcha gastronómica. En Puerta del Hierro, en lo que antaño fue una ermita, se erige ahora una plazoleta semicircular reconvertida en una suerte de centro comercial con algunos negocios. La mayor parte de su superficie la ocupa El Rincón de Vespok, primer restaurante del grupo homónimo, que cuenta con otros locales más o menos nuevos, como Pólvora o Salitre, y que gestiona el mítico Green (qué tiempos aquellos). Aquí se ajustan a las inclemencias climatológicas, así que, si andan por esta lustrosa urbanización, acérquense y disfruten sin temor. ¿Una recomendación? Las ensaladillas y cualquiera de las carnes de El Encinar de Humienta.
Si hay más presupuesto, ¿por qué no irnos a Berria, uno de los lugares en los que mejor se bebe del centro? Tomás Ucha, ex Mugaritz, lidera un equipo joven y muy bien preparado, que conoce todos los entresijos de una bodega con más de 2.000 referencias, con cien opciones por copas y una selección de bocados de altura. Sí, es algo caro, pero su terraza acondicionada, al lado de la Puerta de Alcalá y el Retiro, no es cualquier cosa. También se encuentra en un rincón único, como es el Museo Reina Sofía, otro sitio que refugia al comensal y le proporciona alimento para el cuerpo y para la vista. El jardín de Arzábal se encuentra ubicado en un espacio absolutamente encantador. Además de la terraza exterior, con un bonito jardín vertical, tiene otra terraza cerrada, que emula un vergel atemporal. Si llueve, que nos pille comiendo.
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