«Mandela: del mito al hombre»: El líder, sólo de medio lado

Quienes hicieron las convenientes apuestas ganaron: el Globo de Oro a la mejor canción original fue para Bono por la que compuso para este insuficiente biopic sobre la vida de Nelson Mandela, recientemente desaparecido y amigo personal del espabilado y millonario cantante. Me pregunto qué habría pensado el propio líder de esta película, del excelente trabajo que realiza Idris Elba en su pellejo a pesar de la cantada del maquillaje hacia el final de la misma, un personaje con todo inexcrutable para el espectador durante demasiado metraje. Y eso acaba resultando lo peor, que al aire inevitablemente hagiográfico se una la sensación de que los bocados mejores de esta existencia se han quedado fuera del guión. No así la compleja, tensa y apasionada relación que mantuvo con la combativa Winnie, viuda al cabo del activista y la mujer que nunca quiso dejar las armas ni tomar la palabra para acabar con la terrible opresión de los negros en Suráfrica. Negros que matarían luego a otros negros por el poder. Paradojas del ser humano, ese tantas veces mal bicho. Hay pinceladas sobre el primer y desastroso matrimonio de Mandela, un asomo de la pena ante la pérdida de un hijo, el estoicismo con que aceptó pasar casi 30 años en la cárcel, pero falta la cara oculta de Mandela, descubrir a ese hombre, como reza el título de la cinta, que respiró detrás del mito. A pesar de ello, y aunque el tema suena bien, hagan de nuevo la quiniela, porque posiblemente el insoportable Bono también se llevará el Oscar a casa. Estar en el sitio y en el momento adecuado se llama.