Crítica de cine

«Marieke»: Tras el padre

Dirección y guión: Sophie Schoukens. Intérpretes: Hande Kodja, Jan Decleir, Barbara Sarafian, Caroline Berliner, Pauline Haugnes. Bélgica, 2010 Duración: 85 min.Drama.

«Marieke»: Tras el padre
«Marieke»: Tras el padrelarazon

Agua. El agua purifica, el agua limpia, pero hay tipos que eligen el agua, también, para morir. Marieke es una joven rara que trabaja en una fábrica de bombones de día y de noche busca sexo (pero también protección y un poco de cobijo) en los hombres mayores mientras añora a un padre que desapareció cuando ella era todavía una niña. La madre de Marieke prefiere no hablar, ni del que se marchó ni de nada, y el rostro adusto de la mujer provoca el rechazo de la hija que, una madrugada más, sale en busca de otra pasión anciana. Y, luego, cuando terminan, fotografía partes de los arrugados cuerpos de los amantes y descubre que el paso del tiempo no tiene por qué ser feo siempre. Demasiado áspera, demasiado francesa (aunque los belgas la produzcan), y no siempre para bien, la pequeña y, con todo, lírica película dirigida por Sophie Schoukens, tan correosa a veces como la piel de esos tipos que besan y acarician a la ambigua protagonista. Menos mal que un final abierto hace albergar ciertas esperanzas sobre esta joven atormentada que debe aprender, de nuevo, a vivir en paz sin que un fantasma chorreando la espíe cuando intenta calmar su dolor.