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Iberdrola

Cinco años después, es momento de acelerar la economía verde

La crisis sanitaria, lejos de relegar la necesidad de luchar contra crisis climática, ha puesto en valor cuestiones como la mejora de la calidad del aire en las ciudades, la necesidad de revertir la frecuencia creciente de fenómenos meteorológicos severos y la oportunidad de promover políticas sobre el clima, con el objetivo de trasformar la economía. En este contexto, Iberdrola avanza en su compromiso de convertirse en una empresa cero emisiones en Europa para 2030 y acelera un plan de inversiones histórico de 75.000 millones de euros hasta 2025 para impulsar la economía verde y con ella la consolidación de una sociedad más sostenible, competitiva y resiliente

Stand de Iberdrola en la anterior COP25, que se celebró el año pasado en Madrid
Stand de Iberdrola en la anterior COP25, que se celebró el año pasado en MadridIberdrola

Es el momento de acelerar la ambición climática para alcanzar los objetivos que hace cinco años fijó el Acuerdo de París. A pesar de los avances, la evolución global de las emisiones de gases de efecto invernadero se aleja de la reducción anual del 7,6%, establecida entre 2020 y 2030, para que el mundo frene el calentamiento global.

La Unión Europea y los gobiernos nacionales han identificado a la transición verde y la digitalización como los ejes clave del relanzamiento y modernización de nuestras economías. Y han hecho más, respaldando con mecanismos de estímulo y recursos la decisión de alinear, con más rotundidad que nunca, el crecimiento de los países con una estrategia para la descarbonización como base para el diseño de los programas de recuperación.

En definitiva, lejos de relegar la necesidad de luchar contra crisis climática, se han puesto en valor cuestiones como la mejora de la calidad del aire en las ciudades –que atraerán al 70% de la población media mundial en 2050-, la necesidad de revertir la frecuencia creciente de fenómenos meteorológicos severos y la oportunidad de promover activamente políticas sobre el clima, con el objetivo de trasformar la preocupación social en comprensión y esta comprensión en acción.

El aumento de la ambición está en consonancia con las mejoras en la eficiencia y la competitividad de las tecnologías limpias, como la eólica, la solar o las baterías, y con las demandas de los ciudadanos, que expresan claramente su preferencia por soluciones energéticas limpias, asequibles e inteligentes.

IBERDROLA, PIONERA EN LA LUCHA CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO

Iberdrola está convencida de que el cambio climático es el principal reto al que se enfrenta la humanidad y que, lejos de constituir una amenaza, se debe convertir en oportunidad para crear un modelo económico sostenible.

Ignacio Galán, presidente de Iberdrola, ha asegurado en diversas ocasiones que «existe consenso total en que el camino de la recuperación económica debe ser necesariamente verde, con la lucha contra el cambio climático como elemento central». Asimismo, ha insistido en que ahora es el momento de acelerar esa transición no solo para estimular la recuperación económica, sino sobre todo para construir un modelo productivo de futuro.

La lucha contra el cambio climático ha sido el motor principal de la estrategia de la compañía en las dos últimas décadas, que le han llevado a invertir más de 120.000 millones de euros. Un liderazgo que trasciende del ámbito de los negocios y se traslada a las Cumbres Climáticas, donde toma un papel activo con propuestas concretas sobre cómo abordar la lucha contra el cambio climático. Lo hizo recientemente en la COP 25 y repetirá su participación en la próxima COP26 que se celebrará en Glasgow en poco más de un año.

A través de un histórico plan de inversión de 75.000 millones de euros para el período 20202025 -el mayor presentado por una empresa española- Iberdrola dará un importante impulso al área de renovables, que alcanzará los 60 GW gigavatios (MW) de capacidad instalada en 2025 -frente a los 32 GW de 2019- y los 95 GW en 2030.

La compañía reforzará de este modo posiciones en la tecnología eólica marina, con 4 GW al final del periodo y la solar fotovoltaica, con una previsión de 15 GW instalados al final del periodo. Además, consolidará su liderazgo en la eólica terrestre y la hidroeléctrica, con 26 GW y 14 GW instalados en 2025, respectivamente.

Más del 50% de sus inversiones se destinarán al desarrollo de las renovables y un 40% al despliegue de redes eléctricas robustas e inteligentes. Una infraestructura clave para hacer posible la electrificación de la economía y un nuevo modelo energético, en torno al consumo descentralizado, la movilidad sostenible y las ciudades inteligentes.

Otra de las soluciones es su apuesta por el hidrógeno verde. El grupo prevé la instalación de 600 MW de hidrógeno verde para 2025, que serán 800 MW en 2027. Iberdrola ya trabaja, junto a Fertiberia, en el desarrollo de la mayor planta de hidrógeno verde para uso industrial en Europa.

Con este plan, Iberdrola reforzará su liderazgo en términos de descarbonización. Las emisiones de carbono por kWh, que ya están dos tercios por debajo de la media europea, seguirán disminuyendo hasta alcanzar cero emisiones en Europa ya en 2030, convirtiéndose en un actor clave para el éxito de la ambición climática de Europa. A nivel mundial, la compañía espera alcanzar menos de 50 gramos por kilovatio hora, frente a los 110 gramos actuales; unos niveles significativamente por debajo de los objetivos de los principales competidores para 2030. En la actualidad, Iberdrola genera ya el 100 % de su energía con cero emisiones en países como el Reino Unido, Alemania o Portugal.