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No te imaginarás lo que encontraron en la taquilla de una trabajadora de Zara: terminó en despido y una indemnización de 97.500 euros

Una revisión rutinaria durante unas obras destapó un hallazgo tan inesperado que acabó en los tribunales

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No te imaginarás lo que encontraron en la taquilla de una trabajadora de Zara: terminó en despido y una indemnización de 97.500 eurosFreepik

En plena baja médica y sin previo aviso, una trabajadora de Zara con más de veinte años de experiencia se vio envuelta en un proceso de despido que terminó costándole a la empresa casi 100.000 euros.

Durante las obras de remodelación del establecimiento en un conocido centro comercial de Madrid, la dirección decidió sustituir las antiguas taquillas del personal.

En ausencia de la empleada, que se encontraba de baja por motivos de salud, su taquilla fue abierta por responsables de la tienda, acompañados por otros miembros del equipo y personal de obra.

El hallazgo que lo cambió todo

Dentro del compartimento encontraron varias prendas de Zara con sus etiquetas todavía puestas.

Entre ellas destacaba un par de zapatillas que, según alegó la empresa, no figuraban como vendidas en el sistema informático de inventario. Esto despertó las sospechas de un posible hurto interno, un tema que en el sector del retail suele tratarse con extrema seriedad.

A raíz de este hallazgo, la empresa solicitó a la trabajadora que justificara la propiedad de los artículos. Aunque ella alegó que eran de su propiedad, no pudo presentar tickets o comprobantes de compra.

Un despido disciplinario

La empresa justificó la expulsión basándose en el convenio colectivo del sector textil, que contempla como infracción grave la posesión indebida de productos. Sin embargo, la forma en que se obtuvieron las pruebas se convirtió en el punto de inflexión del caso judicial.

El despido se comunicó cuando la trabajadora aún estaba de baja médica. Según argumentaron sus abogados, no solo se trató de una decisión precipitada, sino que también se vulneraron derechos fundamentales al registrar sus pertenencias sin autorización, sin aviso previo y sin su presencia.

La Justicia se pronuncia: vulneración de la intimidad

El caso llegó al Juzgado de lo Social de Madrid, que no tardó en señalar que la apertura de la taquilla había incumplido los principios mínimos de respeto a la intimidad personal.

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La taquilla, entendió el tribunal, es un espacio personal protegido por el derecho a la privacidad, incluso cuando pertenece a una empresa.

El juez no consideró válidas las pruebas obtenidas en la apertura no autorizada y concluyó que el despido no se había producido con las garantías mínimas exigidas por la ley. Como resultado, el fallo declaró el despido improcedente.

Una factura muy cara para Zara

La resolución obligó a la empresa a readmitir a la empleada con el pago de los salarios dejados de percibir, o abonarle una cuantiosa indemnización económica. Zara optó por la segunda vía.

La indemnización total ascendió a 90.742,72 euros en concepto de despido improcedente, más 7.501 euros adicionales por daños morales, al considerar el juez que hubo una vulneración del derecho fundamental a la intimidad.

A ello se sumaron 800 euros en costas procesales tras el intento fallido de recurso por parte de la empresa ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.