Medio Ambiente

La Covid retrasa las citas del clima

Las negociaciones internacionales sobre cambio climático han quedado aplazadas hasta el próximo otoño. Este frenazo a las acciones climáticas tiene, sin embargo, una cara positiva. Biden ha prometido devolver a Estados Unidos a la senda del Acuerdo de París, mientras China, en un sorprendente cambio de actitud, ha anunciado su intención de ser neutra en carbono para el año 2060

Las protestas de los jóvenes en las calles se han trasladado al formato online durante el confinamiento
Las protestas de los jóvenes en las calles se han trasladado al formato online durante el confinamientoVALENTYN OGIRENKOREUTERS

Era primeros de abril cuando la ONU decidía retrasar la Cumbre del Clima de 2020 a 2021. La COP26 se iba a llevar a cabo en Glasgow (Escocia) a mediados de este mes de noviembre. La pandemia ha retrasado la cita, pero la ONU se ha encargado de recalcar que este periodo de más debía ser aprovechado por los gobiernos para diseñar planes de recuperación y transición resilientes. Es decir, no abandonar ni un minuo la lucha contra el cambio climático. «Los países tenían que presentar sus objetivos nacionales de reducción de emisiones en junio de 2020 y todo esto se ha retrasado junto con la Cumbre. Incluso la UE debía hacerlo, pero todavía se está negociando», explica Javier Andaluz, responsable de Cambio Climático de Ecologistas en Acción.

Básicamente la ONU ha decidido copiar su agenda de 2020 y trasladarla a fechas del año que viene, aunque «se han planteado una serie de charlas este otoño.

Aunque se trata solo de crear y mantener el debate y no de negociaciones propiamente dichas. Quizá se hubiera podido agilizar algunos procesos online, hacer reuniones de los órganos subsidiarios, pero no se ha hecho», opina Andaluz.

RETRASO ¿BUENO O MALO?

Una de las consecuencias del parón provocado por la pandemia es, sin duda, el cambio del panorama político mundial. Por un lado, los primeros días de este mes de noviembre se hacía efectiva la retirada del Acuerdo de París de los EE UU anunciada por Trump a mediados de 2017. Sin embargo, Biden ya como candidato demócrata hacía pública su intención de volver a integrar al país en el Acuerdo del Clima de París. Hay que recordar que su objetivo es reforzar la respuesta mundial a la amenaza de cambio climático, de manera que la temperatura media a finales de este siglo suba 1,5 grados o 2 máximo. « Es una situación que no tiene precedentes. Has finales de enero no habrá presidente oficialmente en la Casa Blanca y ahí la ONU tendrá que decidir qué hacer. No sólo vale con que Biden quiera volver, sino que los EE UU deben presentar los documentos para la ratificación a tiempo. Es una posibilidad que la ONU haga como que no toma nota de que EE UU ha querido irse», afirma Andaluz.

En el otro lado del mundo, el presidente de China, Xi Jinping hacía hace unas semanas un anuncio tan inespereado como alentador. Y en ese momento, antes de las elecciones en EE UU, sonaba a un cambio en el liderazgo mundial en la lucha contra el clima. El país quiere alcanzar la neutralidad de carbono en 2060. La propuesta, además, está arrastrando a otros países como Japón ha hacer anuncios parecidos.

Las protestas juveniles en las calles también han tenido que pararse o reinventarse en formatos digitales, lo que da a la idea de lo bueno y malo que ha traído consigo esta pandemia. «La parte negativa del parón es que se ha perdido ese impulso fuerte que se estaba generando. Nos gustaría ir más rápido en compromisos internacionales y en el cambio entre los inversores y en ese sentido, este frenazo no es bueno. Sobre todo en este contexto de emergencia climática. Sin embargo, en otros aspectos ha sido positivo. Se han tomado decisiones muy rápidas y se han implementado algunos cambios necesarios. Por ejemplo, el teletrabajo que era importante para reducir la movilidad impuesta de coches. No será todo o nada con él, pero ha venido para quedarse. Además, ha servido para demostrar que determinadas actuaciones de las que se han llevado a cabo pueden ser buenas palancas para retomar la lucha contra el cambio climático con más fuerza», opina Alicia Torrego, Torrego, director de la Fundación Conama. El principal proyecto de la Fundación es la organización bianual del Congreso Nacional de Medio Ambiente (del que toma su nombre).

La cita, la más importante a nivel nacional sobre medio ambiente y cambio climático, se tendría que estar celebrando de forma presencial ahora en Madrid. Sin embargo, la Covid también lo ha retrasado hasta el año que viene. Los grupos de trabajo, unas 1.500 personas, siguen reunidos hasta esa fecha, aunque estos días se han celebrado una serie de encuentros online que recogen la misma idea que el congreso de 2021. Bajo el lema «¿Qué recuperación queremos?», se han organizado ocho debates con más de 70 expertos en torno a tres ejes. El primero: cambio climático y la recuperación económica. «El segundo sobre pérdida de biodiversidad que ya nadie duda que forma parte del mismo binomio y el tercero sobre equidad social», concluye Torrego.