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Medio Ambiente

G7+G20+G…

Ramón Tamames
Ramón TamamesGonzalo PerezLa Razón

Algunos habrán recordado dónde está la península de Cornualles, antigua región céltica que en parte conserva su propia lengua, dentro de la diversidad de la Gran Bretaña. Y muchos habrán recordado que el G-7, que se reunió allí hace pocos días con la presidencia de Boris Johnson, es el «directorio político-económico del mundo»; una entidad creada en 1975, por los países occidentales frente a lo que era el expansionismo soviético, así como los tiempos más revolucionarios del maoísmo en China.

En Cornualles, el G-7 tuvo una reunión que se preveía plácida, con pocas protestas exteriores, en las soleadas playas inglesas, al plantearse la idea muy popular de alcanzar el 50% del recorte de emisiones de gases de efecto invernadero de aquí al 2030, pero los problemas residuales del Brexit complicaron la negociación intraeuropea. Si bien es cierto que la bienvenida al Presidente Biden, tan distinto de Trump, dio al encuentro un brillo singular. Como colofón, destaquemos que el G-7 ganó mucho al aceptar como socio a Rusia en los años 90 (G-8). Para luego proceder a su expulsión, en 2014. Así las cosas, hoy el G-7 tiene un cierto tinte antiruso, y más recientemente de alarma ante China.

En el próximo mes de julio vendrá la reunión del G-20, en Venecia, para asistir allí a un enfrentamiento más claro entre las posiciones encontradas rusochinas de un lado, y EE UU del otro. Con Europa siempre bajo la batuta de Washington DC, propiciando así más la política del enfrentamiento.

Frente a esa situación, reforzada en el viaje europeo de Biden, en las reuniones del G-7 y luego de la OTAN en Bruselas, debería buscarse la vía de un entendimiento estructural entre las dos únicas superpotencias hoy existentes, USA y la República Popular China. Para poner punto final a cualquier intención hegemónica, y entrar en la senda de un gobierno multipolar del mundo, que asegure la paz y la prosperidad.