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Medio Ambiente

Crear bosques urbanos para regenerar las ciudades

La Razón celebra un foro para analizar el papel de las infraestructuras verdes en las ciudades de 2030

Los cuatro ponentes del "Foro Bosques Urbanos" organizado por el Diario La Razón. Ponentes: Borja Carabante (Delegado de Medio Ambiente y Movilidad del Ayto. de Madrid), Javier López (Director Citizen Services de Acciona), Alejandra Delgado (Directora Arquitecta ADArquitectura Urbana) y Fernando Ruíz Ruíz (Vocal de la Junta de Gobierno en colegio de Ingenieros de Caminos
Los cuatro ponentes del "Foro Bosques Urbanos" organizado por el Diario La Razón. Ponentes: Borja Carabante (Delegado de Medio Ambiente y Movilidad del Ayto. de Madrid), Javier López (Director Citizen Services de Acciona), Alejandra Delgado (Directora Arquitecta ADArquitectura Urbana) y Fernando Ruíz Ruíz (Vocal de la Junta de Gobierno en colegio de Ingenieros de CaminosAlberto R. RoldánLa Razón

La creación de bosques urbanos está incorporándose rápidamente a la forma de transformar las ciudades para que sean mejores para sus habitantes. Son una de las soluciones basadas en la naturaleza útiles tanto para la mitigación como para la adaptación al cambio climático del lugar en donde vive y va a vivir más de la mitad de la población mundial en 2050, según las previsiones.

La Nueva Agenda Urbana de la ONU destaca las contribuciones de los bosques y áreas verdes al desarrollo sostenible de las ciudades: facilitar una vida sana, reducir efectos como la isla de calor, disminuir la contaminación, mitigación y adaptación a los efectos del cambio climático. Todos ellos afectan a diferentes aspectos de la calidad de vida de los habitantes de las ciudades, especialmente a su salud física y psicológica.

Asimismo los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), concretamente el 11, hacen un llamamiento a lograr que las ciudades sean inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles.

Por todo ello, la integración inteligente y coordinada de bosques urbanos concebidos como corredores naturales conectados e incorporados en las ciudades, se ha situado en lugar destacado de las urbanas. Y también de las estrategias de organismos y empresas, que se comprometen a plantar árboles como parte de sus acciones de sostenibilidad.

En este contexto, se celebró el «I Foro Bosques Urbanos» organizado por La Razón, que contó con la participación de Borja Carabante, responsable Área de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid; Javier López Buciega, director de Citizen Services de ACCIONA; Alexandra Delgado Jiménez, arquitecta y directora de AD Arquitectura Urbana y Fernando Ruiz Ruiz de Gopegui, vocal de la Junta de Gobierno en Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Los cuatro, moderados por la firmante de esta información, expusieron y aportaron ideas sobre el papel de los bosques urbanos y las mejores opciones para su desarrollo e implantación.

Patrimonio verde

Borja Carabante destacó, en primer lugar, el «incremento de la concienciación sobre la mejora y aumento de nuestro patrimonio verde. Precisamente, Madrid es una de las ciudades con mayor y mejor patrimonio verde, con el 50 por ciento de nuestra superficie arbolada y el 50 de sus calles arboladas: hay cinco millones de árboles en nuestro ayuntamiento. Y contamos con muchos parques históricos, como el Retiro, o modernos, como Madrid Río, que nos obligan a asumir su mantenimiento y mejora. Nos hemos propuesto el objetivo de plantar 100.000 árboles en Madrid, para que no haya ningún alcorque sin su árbol, Y, finalmente, tenemos un proyecto estratégico para la ciudad que es el Bosque Metropolitano, que está en marcha, y que supone establecer un anillo alrededor de Madrid, que sea una barrera medioambiental, absolutamente verde que una todos los espacios forestales espacios verdes con otros, desde el centro de la ciudad y con los nuevos desarrollos urbanísticos previstos».

Por su parte, Javier López, resaltó la relación de los bosques urbanos con la salud y la ciudad «actúan en dos vectores: uno es la calidad ambiental, la calidad del aire es el mejor ejemplo. Y otro es la calidad de vida de los ciudadanos. La COVID-19 ha puesto aun más de manifiesto la importancia de tener áreas de ocio y de expansión en la ciudad. Los bosques urbanos son una opción muy buena para mejorar ambos vectores. Y, para ello, el aumento de la concienciación social es también muy importante, dada la situación de emergencia climática en que vivimos. No podemos pensar que todavía tenemos tiempo para actuar, porque estamos en tiempo de descuento».

Para Alexandra Delgado, «aproximar la naturaleza a la ciudad supone su renaturalización y aumento de la biodiversidad, incrementar la permeabilidad urbana y permite una acción social. Es interesante para ciudades de cualquier tamaño. Y el interior de las poblaciones ofrece muchas posibilidades para hacer actuaciones verdes en el espacio público. Los bosques urbanos hay que verlos no solo como algo grande y alejado, sino como una solución óptima para enlazar unas infraestructuras verdes con otras, para establecer corredores ecológicos que conecten calles arboladas, con parques de pequeña dimensión y con parques periurbanos. Además, estos proyectos se pueden desarrollar y construir de manera colaborativa, no solo como parte de la acción política».

Precisamente, Javier Ruiz hizo especial mención de la necesidad de «contar con equipos multidisciplinares, incluso internacionales, para los grandes proyectos. Y aprovechar el conocimiento y la experiencia de ingenieros, paisajistas, arquitectos, urbanistas, sociólogos, químicos, gestores de agua, etc. Sin olvidar a los médicos, porque su opinión es muy importante para incorporar los criterios de salud en estos proyectos. Incorporando a toda la sociedad se consiguen logros muy importantes. Y pongo un ejemplo: en Madrid está en marcha el concurso de la ampliación de la estación de Chamartín. Están trabajando 10 grupos en proyectos, y creo que nunca he visto a tantos especialistas trabajando en el mismo tema».

Otro de los asuntos que se pusieron de relieve, fue estuvo el impacto positivo de las plantaciones urbanas como herramienta de compensación de huella de carbono para las empresas.

Javier López, comentó cómo «las empresas comenzamos midiendo nuestra huella, luego pasamos a neutralizarla, y hoy en día ya estamos en efecto positivo. En ACCIONA, empezamos en 2010 con nuestro primer Plan Director de Sostenibilidad, y en el último ejercicio de este plan, 2020-2025, nos hemos comprometido a plantar un millón de árboles. Otras grandes corporaciones están haciendo cosas similares. Esta involucración en la responsabilidad social y corporativa es un caso de éxito, por su aportación a la creación de bosques urbanos y otro tipo de plantaciones». Como ejemplos citó dos plantaciones realizadas con el Ayuntamiento de Madrid en 2021, «en la Dehesa de la Villa, que nos va a proporcionar 300 toneladas de CO 2 en los próximos 30 años, y otra en el Open Madrid de Golf, con más de 1.000 árboles y con 900. Lo que nos lleva a concienciarnos sobre la gran cantidad de árboles que hay que plantar para compensar y todo el trabajo que tenemos por delante». Fernando Ruiz aportó «una regla muy sencilla: 3, 30, 300. Es decir, un ciudadano debe poder ver desde la ventana de su casa al menos tres árboles; el barrio en el que vive debe tener una cobertura forestal que cubra al menos el 30 por ciento; y tener una zona verde a menos de 300 metros. Y destacaría que los nuevos desarrollos urbanísticos previstos, van a tener un porcentaje muy por encima de esos valores».

Precisamente, a propósito de estos nuevos desarrollos y también de otras actuaciones que parten de tiempo atrás, surgió el tema de los plazos y los tiempos. Cómo son de compatibles los tiempos de planificación de los proyectos, la ejecución de las obras, los de la naturaleza y el crecimiento de los árboles, con, por ejemplo, la visión y los tiempos, -generalmente más cortoplacistas de la política. Borja Carabante, consideró que «afortunadamente, la infraestructura verde se incorpora desde la planificación, así que rebasa la visión de la política y obliga a trabajar con vistas a tiempos más largos. Hay que hacer previsiones de diversos tipos, económica, disponibilidad de suelo, etc. Es la clave para sobrepasar esa visión del corto plazo».

Empresas

A propósito de esta cuestión, Alexandra Delgado expuso el caso del Plan Director de Naturalización Urbana de Gijón, «iniciado en los años 80, para crear un arco medioambiental con el que se ha realizado un corredor en torno a la ciudad, basado en las fincas municipales en suelo rústico y que recupera el paisaje cultural, junto a diversas actuaciones en el casco urbano. Un trabajo que se ha desarrollado durante décadas y sin el que no sería posible lo alcanzado hoy día, que ya avanza cómo será la ciudad en 2050».

En cuanto al papel de las empresas es «aportar el conocimiento, propuestas, soluciones, servicios, -argumentó Javier López-, generar soportes urbanos, etc. Y una muy importante, la búsqueda de las especies adecuadas para cada actuación, para asegurar las viabilidad según el entorno ya que los tres primeros años son claves para los arboles. Todo ello permite prever los costes y facilitar la gestión y el mantenimiento posterior, una función que ACCIONA tienen encomendada en diversas zonas. En cualquier caso, la colaboración entre ciudadanos, administraciones y empresas es básica».