Sección patrocinada por
Medio Ambiente
Casi 50 millones de aves muertas de gripe aviar en Europa
La peor temporada de esta epidemia deja brotes en 25 estados. Se han detectado por primera vez infecciones durante el verano y en aves marinas
La temporada 20212022 pasará a los anales de la historia de la salud animal europea por serla peor en cuanto a casos de gripe aviar. De octubre a septiembre casi 50 millones de aves de granja han sido sacrificadas y se han registrado unos 3.500 episodios en aves silvestres. «El más notable (aparte del de más de 5.000 grullas en Israel a finales de 2021, que no entraría en esas estadísticas europeas) ha sido el que ha afectado a colonias de aves marinas, notablemente alcatraces, en Reino Unido, y muchos cadáveres han llegado a nuestras costas debido a que las aves, enfermadas en las colonias, morían o quedaban muy debilitadas durante su migración en aguas de Gran Sol, sobre todo en el Cantábrico, pero también más al sur», explican desde la organización conservacionista experta en aves SEO/BirdLife.
Las alarmas han saltado no solo por el gran número de casos, sino porque este año por primera vez las infecciones se han producido también durante el verano y se han detectado sobre todo, y también por primera vez, cientos de casos en aves silvestres marinas. «Los casos en aves silvestres durante el verano ha sido excepcional este año. En un año normal a partir de abril empezaban a disminuir los casos en animales silvestres y se producía un silencio epidemiológico. Sin embargo, este año a partir de mayo ha habido un repunte en aves silvestres, sobre todo en aves marinas en las zonas costeras del noreste de Europa. Además de que ha habido continuamente casos durante todo el año en granjas, la infección ha afectado a patos, gallinas y pavos. Lo anormal han sido los casos en avifauna marina de los que no se sabe el porqué porque es la primera vez que se producen», explicaba Pedro Rosado, miembro de la Dirección General de Sanidad y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea durante la jornada sobre «Influenza aviar de alta patogenicidad» celebrada el pasado 3 de noviembre.
También la extensión geográfica de la epidemia es nueva. Mientras en otros brotes importantes como los de 2014-1015 eran los estados del centro de Europa los más afectados, este año se han visto afectados los países del Sur, de 27 países de la UE, 25 han contabilizado algún foco. Si en 2016 hubo 1.100 casos en granja, en 20-21 esta cifra subió a 1.250 en silvestres y este año se ha doblado, alcanzando 2.400 granjas afectadas. Hasta finales de septiembre casi 50 millones de aves fueron infectadas por la enfermedad. Fuera de Europa, Reino Unido ha contabilizado 200 brotes de influenza aviar; Canadá ha registrado cien brotes, y EE UU, 330 brotes en el 60-70% de los estados del país desde febrero de este año», detalla Rosado. También es novedosa la virulencia de la gripe aviar alcanzada en España. «Ha habido más de 30 focos solo en Andalucía y en España en total unos 40 focos. Todos los casos han sido en explotaciones cerradas, cuando siempre habíamos temido que las infecciones se produjeran en explotaciones abiertas», decían desde el ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación durante la jornada ya citada.
El peligro de la gripe aviar no reside solamente en la pérdida de cientos de aves silvestres, algunas de ellas en peligro de extinción. También ha supuesto pérdidas al sector avícola. «Han afectado particularmente a Castilla y León y Andalucía. Hasta el año pasado se podía encontrar algún caso aislado en algún ave migratoria (en 2021 hubo tres), pero este año se han encontrado afectaciones en granjas de pavos, gallinas ponedoras… La cuestión es que especies como los pavos o los patos son muy propensos a contagiarse. Solo con que un ave migratoria infectada se pose en una ventana y estornude se extiende la infección», explica Eloy Ureña, responsable sector avícola de la Coordinadora de Organización de Agricultores y Ganaderos (COAG). Hay que recordar que la letalidad de la gripe aviar en estos animales puede llegar al 60%.
Casos en humanos
Uno de los motivos que causan más preocupación es la detección en España de dos casos en humanos. La OMS ha notificado un primer caso en octubre en Guadalajara y otro hace unos días. Hay que aclarar que ambos eran personal que trabajaba en granja y uno de ellos estaba directamente implicado en el sacrificio de los animales. «Hay que recordar que los primeros brotes de gripe aviar se detectaron en el año 97 en el sur de Asia, también hubo algún caso en humanos. Eso es tranquilizador, porque parece que el virus tiene dificultad incluso para saltar de aves a personas. Desde el 97 el virus no ha conseguido pasar tampoco de persona a persona. En ese sentido no se ha verificado un cambio en el virus. Aún así el protocolo obliga a que se sacrifiquen todas las aves para que no haya muchos virus circulando. Cuando hay gran variedad circulando es cuando puede mutar y saltar entre especies o propagarse de forma fácil y ese es el peligro. Ahora mismo puede haber pequeños grupos de protección entre la gente que trabaja en las granjas, pero la población general no es inmune», explica Anna Vilella, investigadora asociada del Instituto de Salud ISGlobal.
Todavía es pronto para saber con certeza qué está motivando este cambio en el comportamiento del virus pero «entre los factores que podrían estar afectando se han sugerido cambios en el patrón migratorio de las aves debido al cambio climático, si bien el origen último de las epidemias se encuentra, sobre todo, en las explotaciones avícolas intensivas, en particular en Asia», dicen desde SEO/BirdLife.
Detrás de este mortal episodio podría estar la alteración de los períodos de invernada de las aves o las rutas migratorias debido al calentamiento global. También la desaparición de humedales que hace que las aves se vean obligadas a concentrarse. «Especies que se juntan en un reducido espacio es el caldo de cultivo ideal para la propagación de enfermedades. Hay condiciones que hemos causado los humanos, Por ejemplo, la desaparición de humedales o el aumento de temperaturas. Están cambiando las rutas migratorias, y las zonas de invernada. Se está produciendo una transformación total de hábitat, incluso de la alimentación. Hay especies como las cigüeñas que están accediendo a fuentes de alimentación diferentes como los vertederos», explica Úrsula Höfle, investigadora del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos IREC y experta en aves.
Otra forma de actuar
Desde el ministerio tienen claro que «algo ha cambiado, no sabemos si es el virus o si es el patrón migratorio de las aves silvestres, no sabemos si es la sequía o el cambio climático. Solo que algo ha sido diferente este año. Se han visto aves migratorias que nunca antes habían llegado a España. Tampoco sabemos si el año que viene será igual de virulento». Lo cierto es que la situación es tan radicalmente diferente esta temporada que en el seno de la UE se está revisando la forma de actuar cuando se detecta un foco. Hasta ahora bastaba con erradicar el brote sacrificando las aves, pero Francia ha sido el primer país de Europa en apostar por la vacunación masiva de sus animales de granja. El país galo también ha decretado el confinamiento de las aves en todas las explotaciones del país. «Desde mayo de 2022, la Unión Europea ha cambiado el rumbo, porque la situación epidemiológica es diferente a la de hace cinco años. Antes se apostaba por erradicar el brote, pero ahora eso ya no es posible, porque ya hay mucha propagación del virus. Se está planteando la vacunación en todo el territorio», matiza Höfle.
Además, de la vacunación, otra solución pasa por mejorar la bioseguridad. «Sin embargo, hay que tener en cuenta los sobrecostes de aumentar la seguridad. Un arco de desinfección cuesta entre 3.000 y 6.000 euros. Los granjeros ya estamos asumiendo los sobrecostes de la energía y la luz. La producción de pollos supone ahora un 65% más de dinero que hace un año, pero los precios para el consumidor solo han subido un 18%. Estamos casi en la ruina. Hay gastos de los que no podemos prescindir ni sobre los que podemos aplicar ninguna medida de ahorro. No podemos cortar la ventilación ola calefacción en una granja, porque no podríamos garantizar el bienestar animal», apunta Eloy Ureña de COAG.
¿Es posible un cambio en el sistema de producir alimentos de origen avícola?
Algunas expertos consultados como la investigadora del ISGlobal, Anna Vilella creen que «habría que replantearse cómo estamos produciendo alimentos. Parece que explotaciones más pequeñas y sin tanta aglomeración sería bueno para evitar una propagación masiva de uno de estos virus que se extienden por el aire. También es necesario apostar por la vigilancia. La situación ahora mismo en Europa es incontrolable, lo que significa que tenemos un problema de salud pública», dice la investigadora. Durante la jornada sobre «Influenza aviar de alta patogenicidad» celebrada el pasado 3 de noviembre, Pedro Rosado, miembro de la Dirección General de Sanidad y Seguridad Alimentaria de la Comisión alertaba: «El patrón habitual de transmisión otros años ha sido primero aves silvestres, luego aves de granjas y luego transmisión lateral entre granjas. Esto último solía ser menos habitual. Sin embargo, este año se han detectado casos en la costa oeste de Francia, el norte de Italia y Hungría en las que las infecciones en granjas están ligadas solo a transmisión lateral, es decir, a contactos entre granjas y no al contacto de las aves de granja con algún ejemplar silvestre. También están ligados a sistemas de producción muy determinados; fundamentalmente a la cría de pavos de engorde en Italia o a la cría de patos para producción de foie gras en Francia o en Hungría».
✕
Accede a tu cuenta para comentar