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Tribuna

Cumbre del Clima: el momento de Europa y España es ahora

Tras una COP30 sin grandes titulares, queda una verdad incómoda: el clima no espera. Europa y España tienen la oportunidad de convertir la descarbonización en un motor de competitividad, pero sin estabilidad normativa ni acción sostenida, el liderazgo climático se desvanece

Josep Puxeu, presidente de Ecoembes y miembro del CESE, en representación de FIAB y CEOE Ecoembes

La COP30 de Belém acabó hace tan solo unos días y, sin embargo, parece haber caído ya en el olvido. Esta cita no es simplemente un punto de encuentro que organizar y asistir sin un objetivo claro, ni ha de percibirse como un acto más en el que la acción no acompaña a las intenciones. El problema reside en que, efectivamente, esta Cumbre del Clima no ha ofrecido el gran salto que algunos esperaban, pero eso tampoco significa que nada haya cambiado.

Esta cumbre es reflejo de un momento geopolítico complejo, en el que el multilateralismo ha entrado en una nueva etapa al mismo tiempo que los problemas demandan soluciones, y la urgencia climática no es una excepción. Una década después de París, sabemos más y medimos mejor. Ahora, falta convertir ese análisis de la realidad en ambición. Y, para ello, necesitamos estabilidad normativa, certidumbre inversora y calendarios realistas en materia medioambiental.

En ese terreno, Europa debe reafirmar su liderazgo manteniendo la hoja de ruta a 2050. Debe hacerlo porque, pese a las tensiones, tiene una oportunidad clara. Dispone de tejido industrial, talento y una sociedad civil activa para transformar la descarbonización en ventaja competitiva. Sectores como la energía, el transporte o la agroalimentación demuestran que reducir emisiones no paraliza la economía: la orienta hacia la innovación, la productividad y el empleo de calidad.

Son, de hecho, el ejemplo al que debemos mirar. Avanzan hacia los objetivos al mismo tiempo que mejoran la economía, reforzando nuevas líneas de inversión claramente competitivas. Y lo hacen, además, con colaboración público-privada. Porque esta aporta algo insustituible: previsibilidad y seguridad jurídica. Cuando las normas son claras, los riesgos se acotan y la inversión llega, tanto en la elaboración de las normas como en su implementación.

En Ecoembes llevamos más de 25 años trabajando para las empresas, las Administraciones y el conjunto de la sociedad, desde el marco de la responsabilidad ampliada del productor, con la intención de demostrar que los compromisos ambientales deben convertirse en resultados. Y eso es algo que se vehicula a través de la acción conjunta y teniendo claro que la economía verde, la sostenibilidad y la circularidad son elementos de competitividad. Ese fue el objetivo de la jornada "Horizonte PreCOP30", que impulsamos junto al Ministerio para la Transición Ecológica y representantes de empresas, sociedad civil organizada y agentes sociales antes de la Cumbre de Belém: un paso de avance para escuchar, alinear y trasladar propuestas al propio Ministerio y a la delegación europea en Belém.

Esta nueva COP, sellada con un documento final sin mención a los combustibles fósiles, nos recuerda algo imprescindible: Europa debe recuperar su ambición y posicionarse de nuevo como líder ante la crisis climática. No podemos permitir que la descarbonización se quede en pausa ni que el debate se contamine de atajos. Lo vemos ya en casa, en el Mediterráneo: episodios de lluvias desastrosas, sequías prolongadas e impactos muy directos sobre nuestras ciudades, el campo y la costa.

El planeta no lo soporta. Por eso defendemos trabajar mucho más en mitigar y reducir las emisiones, año tras año, en origen y con resultados verificables. Incluso hace apenas dos cumbres, grandes países petroleros decían apostar por la descarbonización. Hoy, sin embargo, vemos que el cortoplacismo nos está paralizando. Es el momento de recuperar la iniciativa.

España, además, puede y debe empujar. Tenemos uno de los mixes energéticos más limpios y competitivos de Europa, y eso debe traducirse en más industria, más innovación y más empleo verde. Acelerar permisos, reforzar redes, desplegar almacenamiento y eficiencia y orientar la fiscalidad hacia la inversión baja en carbono son decisiones que pueden tomarse ya. La ciencia y la tecnología están disponibles; falta voluntad, incentivos claros y marcos regulatorios que favorezcan su despliegue, tal y como se recoge en la Brújula para la Competitividad de la Comisión Europea.

La economía circular es el eslabón que une sostenibilidad y competitividad. Ecodiseño, reutilización y reciclaje avanzado reducen emisiones, ahorran materiales críticos y mejoran nuestra autonomía estratégica. Reglas claras (responsabilidad ampliada del productor previsible, estándares de reciclado y trazabilidad digital) dan al sector privado la señal para invertir en nuevas plantas, en química de reciclaje, en logística inteligente y en empleo local de calidad.

Añado, además, una dimensión que a menudo se pasa por alto: no basta con recoger más, hay que garantizar materias primas secundarias estables y trazables para que la industria confíe. Del mismo modo, la ecomodulación en la responsabilidad ampliada del productor debe premiar el buen diseño (materiales reciclables, monomateriales, menor peso, reutilización) y penalizar lo contrario, enviando señales claras de precio.

Desde Ecoembes, nuestra prioridad es seguir trabajando con empresas y Administraciones para mejorar la separación en origen, digitalizar la trazabilidad y elevar la calidad del material recuperado, apoyando a municipios y pymes en el cambio. Así convertimos el residuo en valor industrial certificable, en recurso, capaz de atraer inversión y empleo en España y en Europa. Creamos competitividad a través de la sostenibilidad.

Necesitamos mantener el rumbo a 2050 con objetivos intermedios y presupuestos alineados, así como reconocer que las soluciones están ahí, y su despliegue genera empleo, resiliencia e independencia energética. Existe una relación directa entre sostenibilidad y competitividad, y la economía circular es el vínculo entre ambas.

Actuar, actuar y actuar. Ese es el mensaje que la COP30 deja a quien quiera escucharlo. En tiempos difíciles, el liderazgo se prueba en la ejecución cotidiana, no en los titulares. Nosotros seguiremos tendiendo puentes, promoviendo la colaboración y transformando compromisos en hechos porque estamos convencidos de que competitividad y sostenibilidad han de ir de la mano.

Por Josep Puxeu, presidente de Ecoembes y miembro del CESE, en representación de FIAB y CEOE.