Transición energética
Los madrileños crean conciencia con el uso del agua, 121 litros al día
La Comunidad de Madrid y Canal de Isabel II reconocen el compromiso madrileño con el uso responsable del agua
Dice la sabiduría popular que no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos. Y pocas cosas reflejan tan bien esa verdad como el agua. En la Comunidad de Madrid, donde abrir el grifo sigue siendo un gesto cotidiano, sus ciudadanos han demostrado que no necesitan una crisis para actuar con responsabilidad. De hecho, lo hacen cada día, convirtiéndose en un referente nacional en el uso eficiente y sostenible del agua, según afirman desde el Gobierno regional.
Al cierre de 2024, el consumo doméstico de agua en la Comunidad de Madrid registró unos 121 litros por habitante al día, la cifra más baja de los últimos 18 años. Esta cifra no solo está muy por debajo del consumo registrado en otras regiones del país, sino que también confirma una tendencia sólida hacia la sostenibilidad y la concienciación ciudadana. Este logro no se debe únicamente a campañas institucionales o medidas técnicas, sino a la suma de pequeños hábitos cotidianos que los madrileños han adoptado con naturalidad: duchas más breves, grifos cerrados mientras se enjabonan, electrodomésticos funcionando a carga completa, riego eficiente.
Pese al gran logro alcanzado, este panorama positivo no debe conducir a la autocomplacencia. Aunque las abundantes lluvias de la pasada primavera dejaron los embalses madrileños en niveles históricamente altos, los expertos piden «no confiarse». El agua es un recurso finito y vulnerable. De hecho, con la llegada del verano y el consiguiente aumento del consumo, el nivel de las reservas ya ha comenzado a descender.
Desde Canal de Isabel II, la empresa pública responsable de la gestión del agua en la región, insisten en un mensaje claro: el uso eficiente del agua no puede depender exclusivamente de si llueve o no. «Trabajamos como si cada día fuera el primero de la próxima sequía», afirman. Porque la experiencia ha demostrado que, en cuestión de meses, lo que hoy parece abundante puede convertirse en escaso.
Además, en muchas zonas de España y del mundo han experimentado en los últimos años situaciones de emergencia hídrica, restricciones al consumo o la imposición de medidas extraordinarias. Madrid ha sido una excepción gracias a la buena gestión y al compromiso ciudadano, pero eso no significa que esté exenta de riesgos en el futuro. Por ello, la conservación constante del agua debe mantenerse como una prioridad, incluso en tiempos de bonanza.
Los pequeños gestos
Cada persona puede convertirse en un agente de cambio. Canal de Isabel II lo resume con un lema inspirador: «Tú puedes llover». Una frase que recuerda que, más allá de las nubes y las borrascas, cualquiera puede provocar su propia lluvia mediante acciones cotidianas de ahorro desde casa.
Se produce una «lluvia» cuando alguien repara una cisterna que gotea, riega al amanecer o al anochecer, instala un economizador en un grifo o evita dejar correr el agua innecesariamente. Cada uno de estos gestos, por insignificante que parezca, representa una gota que no se pierde. Y cuando miles de personas hacen lo mismo, el resultado es un auténtico aguacero sobre los embalses.
Conscientes de este potencial colectivo, Canal de Isabel II trabaja activamente en la difusión de buenas prácticas a través de sus redes sociales, su página web y distintas campañas informativas. Pero su compromiso va más allá de la concienciación ciudadana.
Desde hace años impulsa medidas para reducir el uso de agua potable en ámbitos no domésticos, como el empleo de agua regenerada para el riego de zonas verdes o la limpieza urbana. Gracias a este sistema, en 2024 se reutilizaron 15 hectómetros cúbicos, un volumen equivalente al consumo de ciudades como Getafe o Torrejón de Ardoz.
Además, Canal ejecuta un ambicioso plan de renovación de infraestructuras. Entre 2018 y 2024 se han sustituido más de 1.200 kilómetros de tuberías, con el objetivo de mejorar la eficiencia de la red y minimizar las pérdidas. A esta iniciativa se suma una avanzada vigilancia basada en la detección de fugas mediante la monitorización de presión, análisis de ruido e incluso imágenes por satélite.
Modelos de conservación
Madrid ha demostrado que es posible combinar calidad de vida, desarrollo urbano y sostenibilidad hídrica. El compromiso constante de su ciudadanía, respaldado por una gestión técnica eficaz, ha convertido a la región en un modelo de referencia. Sin embargo, como ocurre con cualquier gran logro, su mantenimiento requiere esfuerzo y responsabilidad.
Cuidar el agua no debe entenderse como una moda pasajera ni como una respuesta puntual a la emergencia. Solo con esta visión colectiva se podrá seguir disfrutando de un recurso tan esencial como escaso.Si todas las personas pueden «llover», los embalses seguirán llenándose. Y eso, en tiempos inciertos, es garantía de bienestar y futuro.