Motor
El fracaso de los planes de ayudas a la compra de coches del Gobierno hunden las matriculaciones
La decisión de subvencionar solo eléctricos desploma las ventas un 42% en particulares
El descenso de las ventas de automóviles durante el pasado mes de julio, con una caída del 28,9% respecto al mismo mes del año pasado ha vuelto a encender las alarmas en el sector del motor, uno de los más importantes para la economía española. La situación pone de manifiesto el fracaso de los planes de ayudas del Gobierno para la renovación del parque automovilístico nacional, uno de los más envejecidos de Europa, con una edad media de más de trece años.
A pesar de las peticiones de los fabricantes, el Gobierno Sánchez no ha renovado este año las ayudas a la compra de coches nuevos siempre que se achatarrase uno antiguo. Y por ello, la demanda de adquisiciones de automóviles nuevos por parte del canal de particulares, el más rentable para las redes comerciales, ha descendido en un 42,4% en julio, a pesar de la congelación del impuesto de matriculación que había sido ordenado por el Gobierno desde el pasado primero de enero y que las Cortes, pese a la oposición del Grupo Socialista, rechazaron en junio y obligaron a regresar a las tasas impositivas más moderadas del año pasado.
Fracaso del Plan Moves
Para este ejercicio, el Ministerio de Transición Ecológica de Teresa Ribera impuso el criterio de que las ayudas a la compra de coches nuevos se limitaran a los totalmente eléctricos a través del Plan Moves. Este programa ya resultó un fracaso el pasado año, cuando sólo se cubrió aproximadamente la quinta parte del presupuesto estimado, es decir, unos 50 millones de euros frente a los 250 que podrían haberse solicitado. Para el presente ejercicio la tendencia es parecida ya que hay muchas comunidades autónomas que ni siquiera han activado el sistema para la solicitud de las ayudas.
Otra de las razones del fracaso del sistema es la propia estructura de ventas del mercado español. Entre enero y julio de este año, casi siete de cada diez coches que se han vendido en nuestro país han sido con motores de combustión interna. Concretamente, el 48% han sido de gasolina y el 20,6% diésel. Y para ellos no hay ningún tipo de ayudas. Otros que también están excluidos del Plan Moves son los vehículos ecológicos híbridos de electricidad, híbridos de gas e híbridos enchufables, a pesar de que, con sus menores gases de escape, colaboran en el descenso del nivel medio de emisiones y en el cumplimiento de la normativa en esta materia de la UE.
Los eléctricos no arrancan
La realidad es que la venta de coches eléctricos puros, pese a las ayudas, continua sin arrancar en nuestro país y su volumen de ventas únicamente representa en torno al 2% del mercado total. No ocurre lo mismo con los llamados electrificados, es decir, los híbridos de diferentes categorías que, en contraste con la caída del mercado general, en el pasado julio incrementaron sus ventas en un 14% hasta llegar a las 28.364 unidades y en el acumulado del año ya representan cerca de la tercera parte del mercado. Pero en esta división se incluyen híbridos de motor térmico y electricidad, híbridos de motor térmico y de gas e híbridos enchufables, que no están incluidos en el Plan Moves, a pesar de que los dos primeros tienen etiqueta Eco y los enchufables disfrutan de etiqueta Cero ya que pueden circular hasta 50 kilómetros por cada carga eléctrica con cero emisiones.
Pese a que los híbridos no enchufables son los que registran un mayor número de ventas, con uno de cada cinco coches que se venden en España aproximadamente, son los híbridos enchufables los que presentan un mayor crecimiento están teniendo en los últimos tiempos. En julio su demanda ha crecido un 68,5% respecto al mismo mes del año pasado gracias a disfrutar de la etiqueta cero y poder tener una autonomía suficiente en viajes gracias a la utilización de su complementario motor térmico de gasolina. Los híbridos de gas, tanto GLP como GNC, van perdiendo fuelle y los eléctricos puros, a pesar de tener un crecimiento del 21,2% en julio, siguen siendo ventas casi marginales ya que, con sólo 2.002 unidades en el pasado mes, representan el 2% del total del mercado.
Y es que, a pesar de las ayudas del Gobierno y las ventajas de circulación en las grandes ciudades, los compradores no se deciden a adquirir un coche únicamente eléctrico por dos razones principales: su precio de adquisición es superior al de otras motorizaciones y la falta de infraestructuras de recarga. Aunque el primer punto puede compensarse con las ayudas oficiales, el segundo es, por el momento, inalcanzable para la mayoría de los españoles que no poseen garaje propio con enchufe.
En la actualidad, programar un viaje largo con un coche eléctrico puede convertirse en una aventura en España ante la falta de puntos de recarga en la red principal de carreteras. Según los estudios de Anfac, la asociación de constructores e importadores de automóviles, para cumplir los planes del Gobierno de llegar en el año 2030 a tres millones de coches eléctricos, serían necesarios en España aproximadamente 340.000 cargadores rápidos de potencias de 50 MGw o más. Ahora, las instalaciones no llegan ni al 10% de esta cantidad.
Otro inconveniente es la forma de pago, ya que para la recarga es necesario tener una aplicación especial en el teléfono móvil y hay que tener varias aplicaciones en función del suministrador. Algo que contrasta con el sencillo pago en las gasolineras que se puede realizar en efectivo o a través de cualquier tarjeta de crédito.
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