Acoso
Ciberacoso y agresión a docentes: “Me insultan y me arrojan tizas. El acoso es inadmisible”
El servicio del Defensor del Profesor del sindicato ANPE Murcia registró en el curso 2018-2019 un total de 118 casos relacionados con conductas perjudiciales en el aula
El servicio del Defensor del Profesor del sindicato ANPE Murcia registró en el curso 2018-2019 un total de 118 casos relacionados con conductas perjudiciales en el aula, de los que el 23 por ciento corresponde a actos de ciberacoso a los docentes, tanto por parte de alumnos como por los padres, y el 11 por ciento a agresiones físicas e intimidaciones directas.
Este tipo de situaciones ha provocado ansiedad, estrés y pérdida de autoestima en el 44 por ciento de los profesores afectados y síntomas depresivos en el 14 por ciento, mientras el 11 por ciento ha tenido que acogerse a la baja laboral, según ha explicado el presidente del sindicato educativo, Clemente Hernández, durante la presentación de la memoria del pasado curso escolar.
De este informe se desprende que del total de casos atendidos, el 25 por ciento corresponde a actos de indisciplina por parte de los alumnos (30 casos); el 20 por ciento a otras conductas que dificultan la docencia (23 casos); el 12 a acoso e insultos verbales de los estudiantes (14); y el tres por ciento a daños causados a propiedades o pertenencias individuales de los docentes (tres casos).
En lo que respecta a los padres, de las denunciadas registradas, el cuatro por ciento corresponde a intimidaciones y agresiones a profesores (cinco casos) y el ocho a ciberacoso e insultos directos por parte de los progenitores (nueve casos), mientras el tres por ciento corresponde a denuncias directas.
La mayoría de los casos(96) se concentran en los alumnos y, de éstos, el 66 por ciento están matriculados en Educación Secundaria (etapa de 12 a 16 años), entre los que destacan los actos de indisciplina, insultos e intimidaciones, ciberacoso o 'mobbing' de compañeros, y son escolares que carecen de habilidades sociales y expectativas académicas y profesionales.
Además, la mayor parte presenta dificultades de aprendizaje, posee un deficiente historial educativo -- pues dos de cada cuatro han repetido curso en la etapa de Primaria y tres de cada cinco en la etapa de la Educación Secundaria -- y pertenecen a unidades familiares que suelen carecer de expectativas para sus hijos.
El perfil del docente que más sufre conductas perjudiciales por parte de los estudiantes es mujer (61 por ciento frente al 39 de los hombres), cuya presencia es mayoritaria en la profesión, de 30 a 40 años, con una experiencia en la enseñanza de entre cinco y 15 años y que ejercen su actividad laboral en situación administrativa de interinidad.
INSULTOS Y “ACOSO INADMISIBLE”
El estudio presentado por ANPE incluye los testimonios de nueve profesores que han sufrido comportamientos conflictivos con alumnos y padres. Uno de ellos está escrito por una profesora interina de 33 años que denuncia "temor ante las amenazas" de una madre que la acusa de "perseguir" y ser "causante" del rechazo que tiene el niño hacia la escuela.
Otra docente, profesora de Biología, con 58 años, explica que fue agredida por unos alumnos durante su guardia en el recreo: "Les he llamado la atención para que no tiraran grava y, al volverme, me han lanzado una piedra; tengo un parte médico de lesiones", añade.
Y otro profesor de Secundaria relata el "acoso inadmisible" por parte de alumnos de segundo de la ESO, que "me insultan y me arrojan tizas y otros objetos" durante sus clases de Música, ante lo que, confiesa, no puede sobreponerse.
BUEN USO DE WHATSAPP
El sindicato, preocupado por los casos de ciberacoso, ha publicado un decálogo para el buen uso de la WhatsApp en los grupos de padres y madres de alumnos, en el que la primera medida es no utilizar este medio "para criticar, insultar o difamar a los docentes, a otros padres y madres y personal no docente o a los propios alumnos".
En este documento se recomienda no ser cómplice del mal uso de la aplicación e “intentar cortar la actitud”; no agregar a nadie sin consultad antes; dirigir las quejas y sugerencias al profesorado; usar los canales oficiales para tratar con el centro educativo; evitar la difusión de vídeos o fotos de los profesores y no comparar las tareas de los hijos con las de sus compañeros.
Clemente ha advertido de la importante presencia de casos de agresiones relacionadas con la tecnología y los "nuevos valores" surgidos a raíz del surgimiento de "populismos de cualquier signo", con posterioridad a 2010. "Antes de los móviles se resolvían los problemas con diálogo, ahora con las nuevas tecnologías esto es difícilmente mensurable", ha comentado.
Si bien "han bajado" las denuncias en el curso 2018-2019 respecto al año anterior, "esto no significa que no haya que seguir actuando", y la acción pasa, a juicio del presidente de ANPE, por un desarrollo de la ley regional de Autoridad Docente que vaya más allá del protocolo para recoger posibles incidentes en el marco educativo.
“La posibilidad de contar con estas reglas y ampararse en este marco respalda la libertad del profesorado en el ejercicio de sus funciones y refuerza su autoridad, de tal forma que el ambiente de trabajo pueda beneficiarse de la tranquilidad que aporte ese marco educativo”.
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