Tribunales
El médico que asistió a la mujer acusada de matar a su bebé: “no me dijo que hubiera un recién nacido”
La casa estaba limpia, sin restos de sangre ni de placenta
El médico del 061 que atendió a la mujer acusada de dejar morir a su recién nacido en 2015 ha afirmado que, cuando llegó al lugar de los hechos, encontró el escenario “sin sangre, restos de placenta o de cordón umbilical”. Además, ha asegurado que ni la paciente ni ninguno de sus familiares le avisó de que se acababa de producir un parto ni de que había un bebé allí. “De lo contrario, habría tratado de reanimarlo”, ha aseverado.
Así lo ha declarado el doctor especialista en medicina intensiva que atendió a la acusada el día de los hechos y que ha prestado declaración este miércoles en calidad de testigo en la tercera jornada del juicio que arrancó el pasado lunes por el procedimiento del jurado en la Sala 001 de la Audiencia Provincial de Murcia con Juan del Olmo como magistrado presidente.
A preguntas de la fiscal, ha recordado que trabajaba en el 061 de Yecla cuando le avisaron para atender una hemorragia vaginal en una joven. Respecto a si le hablaron de aborto, ha afirmado que él no lo puede asegurar “al 100 por ciento”. “A mí lo que me transmitieron fue una hemorragia vaginal”, ha matizado el médico.
“Yo no recogí la llamada del 112, sino que el centro directivo del 112 envía la llamada a nuestro teléfono y quien lo atiende es el técnico” de la ambulancia, ha precisado.
Con todo, ha asegurado taxativamente que no vio ningún cordón umbilical, sangre, toallas o placenta en el lugar en el que atendió a la acusada, en su domicilio. “Estaba limpio y tampoco había signos de sangrado en el cuerpo de la paciente”, ha remarcado. “Creo recordar que le pregunté si sabía si estaba embarazada hasta dos veces, una de ellas no me contestó y la otra vez creo que, bien con el gesto o con la voz, me dijo que no”, ha afirmado.
En cualquier caso, ha asegurado que la acusada no le dijo “en ningún momento” que acababa de parir ni que había un bebé o restos de aborto; y tampoco le informó ningún familiar. “Si hubiera sabido que había un recién nacido, hubiera intentado reanimarlo”, ha aseverado.
“Como no me dan claramente el resultado de que es un aborto; la paciente no me dice nada en sentido positivo para pensar que hay restos; sin haber sangrado y estando todo limpio; y estando la paciente estable; yo pensé que había sido un aborto espontáneo en las primeras semanas de gestación y que había sido una regla más abundante de lo habitual”, ha remarcado.
“Yo pensé que la paciente probablemente podía estar embarazada y tuvo un aborto espontáneo o una regla muy abundante; por eso se marearía porque muchas veces, el aborto en las primeras etapas, es como una regla muy abundante”, ha señalado.
Ha rememorado que, cuando estaba en la zona de las exploraciones ginecológicas del hospital y le estaba pasando la información a la matrona, la acusada sí que manifestó que “ya había echado lo que tenía que echar” y él fue entonces consciente de que ella sabía que estaba embarazada.
Por su parte, la enfermera del 061 que atendió a la acusada ha recordado que recibieron un aviso en la ambulancia para atender una hemorragia vaginal en una mujer joven. Ha corroborado que vio “todo limpio” y tampoco vio sangre en el cuerpo de la acusada. “Yo no vi nada que me indicara que allí tuvo lugar una hemorragia evidente”, ha señalado, para añadir que recuerda el suelo “como recién fregado”.
Además, ha ratificado que la acusada “no estaba inconsciente” y era capaz de responder a preguntas, aunque “apenas hablaba”. Sin embargo, ha afirmado que la paciente nunca les dijo que había estado embarazada. “Creo recordar que, en algún momento, ella dijo: lo que tenía que echar, ya lo he echado”, según la enfermera. No obstante, no sabe si lo dijo la propia acusada o un familiar.
En cuanto al ginecólogo que atendió a la acusada en el Hospital de Yecla, ha recordado que llegó la paciente con diagnóstico de menorragia, sangrado y posible aborto. Tras explorar a la paciente se le diagnosticó parto domiciliario y recién nacido con ausencia de latido.
“Es posible que la paciente me dijera que había expulsado un feto”, según el ginecólogo que, no obstante, no lo recuerda “con precisión”. Ha recordado que la acusada, cuando llegó al hospital, estaba lúcida y respondía con coherencia, pero estaba “muy afectada, derrumbada”.
Sea como sea, ha considerado que él no conoce la situación de “embarazo críptico” aunque “hay que estar en la cabeza de una persona para saber si está embarazada o no”.
La médico de Atención Primaria que atendió a la acusada en el centro de salud el 15 de octubre de 2014, meses antes del parto, por unas náuseas, ha señalado que, en ese momento, no encargó un test de embarazo porque “en ese momento no se pensó en ese diagnóstico”. “Si hubiera vuelto a consultar por el mismo motivo, hubiera investigado más”, ha afirmado.
El agente de la brigada científica de la Policía Nacional que llevó a cabo la inspección ocular del domicilio de la acusada ha ratificado el informe que hizo en su momento. “La impresión primera que tuve fue la de un fuerte olor a desinfectante”, según el agente, quien también encontró “restregones” en el suelo “como si hubieran intentado fregar”.
Recorrió las estancias de la casa buscando indicios relacionados con un aborto y encontró “bastantes vestigios biológicos de sangre” en estancias como el cuarto de baño, pero “no se veían a simple vista”.
Por otro lado, el responsable del grupo de inspecciones oculares que realizó una segunda inspección el 12 de mayo de 2015 se centró en el dormitorio de la acusada, un baño y un aseo. La casa estaba “limpia y ordenada”, según el agente, quien no localizó sangre a simple vista, pero sí con un reactivo químico en el baño principal y en el dormitorio.
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