Sanidad

Las 204 piscinas públicas de la Región de Murcia, a examen

Salud insiste en extremar las precauciones e inspecciona durante el verano las condiciones higiénicas y sanitarias de los recintos públicos

Imagen de archivo de una piscina
Se deben respetar las normas de seguridad en las playas y obedecer siempre las indicaciones de los socorristasAYUNTAMIENTO DE MURCIAAYUNTAMIENTO DE MURCIA

La Consejería de Salud de la Región de Murcia, a través de la Dirección General de Salud Pública, desarrolla un programa de vigilancia sanitaria de las piscinas públicas para la protección de los riesgos para la salud humana derivada de su utilización. En la actualidad en la Región de Murcia hay registradas 204 piscinas de uso público.

La inspección y control de las condiciones higiénicas y sanitarias de estas piscinas las realiza el servicio de Sanidad Ambiental, con el objeto de garantizar una calidad del agua óptima para el baño y el cumplimiento de la normativa de piscinas.

Además, incluye la comprobación de que estos establecimientos cuentan al menos con un socorrista con experiencia acreditada en salvamento y primeros auxilios, que debe permanecer en las instalaciones durante todo el horario de funcionamiento de la piscina. Esta obligación, que no se aplica en otras comunidades autónomas, permite a la Región de Murcia ofrecer una mayor seguridad para los usuarios, lo que redunda en la calidad turística de los establecimientos públicos y en una menor accidentabilidad.

El gran número de usuarios en las instalaciones, el intercambio de diversos objetos como toallas, peines, flotadores u otros elementos aumenta el riesgo de transmisión de enfermedades y de proliferación bacteriana, por lo que se recomienda secar completamente la piel después del baño, especialmente entre los dedos de los pies, para evitar el asentamiento de los gérmenes. La piel lesionada puede ser la puerta de entrada de los microorganismos al organismo y las personas inmunodeprimidas tienen un riesgo superior a contraer enfermedades infecciosas en estas instalaciones que el resto de bañistas.

Asimismo, aproximadamente un 50 por ciento de las enfermedades adquiridas en las piscinas, como otitis, faringitis, conjuntivitis o rinitis se localizan en las mucosas.

Las afecciones gastrointestinales asociadas al uso de piscinas se deben a la ingestión de agua de baño contaminada. Un 20 por ciento de las afecciones adquiridas por el baño se deben a problemas gastrointestinales. Las enfermedades infecciosas asociadas al uso de las piscinas se deben principalmente a una desinfección incorrecta del agua de la instalación y/o de las superficies de la piscina y vestuarios.

Desde la Consejería de Salud se recomienda que los menores estén siempre acompañados en la piscina donde se vayan a bañar, que además ha de contar con las adecuadas medidas de seguridad, como socorrista y/o vallado perimetral, para que no puedan acceder libremente. Han de estar vigilados en todo momento cuando estén en el agua o jugando cerca de ella, y si el menor no sabe nadar o no nada bien, es necesario ponerle un chaleco salvavidas de flotación.

En esta época se incrementan las actividades de ocio y deporte en el agua, por lo que aumenta el riesgo de ahogamientos y lesiones graves, como traumatismos craneoencefálicos. Salud también aconseja abstenerse del baño en zonas no autorizadas como pozas, embalses, cursos de agua turbios por su peligrosidad y por su posible afección al medioambiente.

Recomendaciones en la playa

Es esencial respetar las normas de seguridad en la playa y enseñar a los niños el significado de las banderas. Con menores es mejor bañarse siempre en playas con vigilancia y respetar siempre las indicaciones de los socorristas. Similares son las recomendaciones destinadas a los mayores de 65 años, ya que suponen el 35 por ciento de las personas que fallecen por ahogamiento.

Salud insiste en la necesaria vigilancia de los menores y el acompañamiento a los mayores en el mar, donde las corrientes marinas pueden ejercer una fuerza inesperada, y en especial la atención a personas de cualquier edad que presenten algún tipo de patología previa que haga necesario un especial control del baño.

Por otra parte, el consumo de alcohol antes de darse un baño en una playa o piscina disminuye la capacidad de reacción ante un peligro, y puede propiciar conductas que pueden poner en riesgo la salud.

Asimismo, bañarse de noche en la playa es muy peligroso, ya que si ocurre un contratiempo es más difícil pedir ayuda por la poca visibilidad y que alguien pueda percatarse.