Medio Ambiente
El lince ibérico, el nuevo "vigía" de las Tierras Altas lorquinas
El nacimiento de tres nuevas crías de este felino en la Región el más emblemático de la fauna peninsular, es un hito para la conservación en Europa
Hasta hace poco era la especie más amenazada del mundo. En el año 2001, es decir, a principios del siglo XXI, España contaba con tan solo 94 ejemplares de lince ibérico. En la actualidad, la población ha crecido hasta unos 1.600 individuos, gracias a los programas y a las estrategias que están llevando a cabo el Ministerio para la Transición Ecológica, la Consejería de Medio Ambiente y Europa de reintroducción, cría en cautividad y protección activa de este felino.
La Región de Murcia era testigo el pasado 31 de mayo de un momento histórico para la conservación de la fauna en nuestro país, tras anunciarse el nacimiento de tres nuevas crías -aun por bautizar- de lince ibérico.
Ocurría en las Pedanías Altas de Lorca, más conocidas popularmente como «Tierras Altas», zonas que, por su hábitat natural, han sido elegidas para el desarrollo de esta especie, que los expertos califican de «emblemática» en la Península. La noticia se ha confirmado tras las grabaciones llevadas a cabo por cámaras ocultas que hay sobre el terreno, que vigilan y controlan la evolución de esta especie.
Los expertos han atado cabos: estos aparentemente inofensivos «mininos» son crías de «Urtsu», 7,6 kilos de fortaleza genética y una mirada afilada, según la revista «National Geographic», que fue liberada en febrero de 2024, tras haber sido criada en el centro de cría de Zarza de Granadilla, en Cáceres.
Su padre se llama «Tinajero» y también fue soltado en Lorca un año antes, en 2023. «Los primeros años suelen ser los más difíciles en el proceso de reintroducción, porque implica la adaptación de linces procedentes de centros de cría a un entorno silvestre, con desafíos desconocidos para ejemplares nacidos y criados en cautividad; unido a que se liberan en una nueva zona sin presencia previa de la especie, lo que dificulta su arraigo a ese nuevo territorio por la tendencia natural que, en estos casos, tiende a dispersarse y a abandonar el lugar de reintroducción, si no detectan la presencia de congéneres», apuntan a LA RAZÓN fuentes de la Consejería de Medio Ambiente.
El hecho de que el lince ibérico se convirtiese en una especie en extinción se explica por una serie de factores. Sus enemigos -o verdugos, en algunas ocasiones- más comunes son los atropellos en las vías públicas, la destrucción de su hábitat, o la escasez creciente de su base alimenticia: el conejo europeo, debido fundamentalmente a la mixomatosis; una enfermedad de tipo vírico que contraen estos roedores y que les causa la muerte en apenas unos días. Se contagian a través de pulgas y mosquitos, que son las vías de transmisión.
En otras partes del mundo, la situación es bien distinta. La población, por ejemplo, de lince eurasiático no peligra. Se considera abundante en términos relativos y las subespecies siberianas y de Extremo Oriente cuentan con miles de ejemplares.
Sin embargo, en Europa, en Oriente Medio y en el Himalaya, su presencia es bastante rara. Aquí, sus enemigos son la caza deportiva o la explotación comercial de sus pieles. En cualquier caso, se trata de una especie que ya protegen la gran mayoría de países, a excepción de Bielorrusia y de Ucrania. En países como Francia, Alemania y Austria han protagonizado también casos de éxito en la reintroducción de estos felinos a sus hábitats naturales.
España y la Región de Murcia han hecho historia este 2025 en lo que se refiere a la conservación de la biodiversidad y de la fauna autóctonas. «La Consejería de Medio Ambiente, a través del equipo técnico de seguimiento en campo y del cuerpo de Agentes Medioambientales, ha intensificado las labores de vigilancia y control de la zona de presencia de estos cachorros para garantizar la tranquilidad y protección de los mismos, aspecto fundamental en esta fase de su desarrollo, haciendo seguimiento de su evolución, para asegurar que transcurre con normalidad», según trasladan fuentes del Gobierno regional.
Concienciación ciudadana
Una vez cumplido el hito, el siguiente paso que se persigue desde la Consejería de Medio Ambiente no solo es informar a la ciudadanía, sino hacerle ver la importancia de la conservación de estas especies que, hasta hace apenas dos décadas, estaba en peligro de extinción en nuestro país. Y se hace a través de actividades en los centros de visitantes de sus espacios protegidos, por ejemplo, el Centro Regional de Educación Ambiental (Cream).
También se llevan a cabo múltiples campañas temáticas y se promocionan acciones de voluntariado ambiental financiadas, en las que se apoya a colectivos y a asociaciones vinculadas con la conservación de la naturaleza.
El lince ibérico es un depredador que se sitúa en la cúspide de la pirámide «trófica» o la cadena alimenticia. Y eso es algo que desde el Ejecutivo regional consideran importante «comunicar» desde las edades tempranas a las más adultas.
De momento, estos tres nuevos cachorros ya han devuelto la esperanza al Planeta. Y las más de 22.000 hectáreas con las que cuentan las Tierras Altas de Lorca se han convertido en su «terreno de juego». Que vengan más.