Lope de Vega
«Noche de reyes»:
Autor: William Shakespeare. Dirección: Edward Hall. Diseño: Michael Pavelka. Intérpretes: Joseph Chance, Christopher Heyward, Ben Allen. Teatros del Canal. Madrid, 5-VI-2013.
Que «Noche de reyes» es una de las comedias más brillantes de Shakespeare, un maravilloso enredo con «tapada» y equívocos sexuales, estaba fuera de duda. Los personajes luchan contra sus instintos y atracciones primarias sin saber que, en realidad, todo es más «pro natura» de lo que creen. De igual modo, las subtramas, bien engarzadas con la principal, dejan momentos magníficos, como el escarmiento que recibe el soberbio Malvorio –para antología de las inocentadas– o el duelo de cobardes al que se ven arrastrados Cesáreo y el bobo Don Andrés de Carapálida. Ver y oír todo en perfecta y canónica dicción inglesa a cargo de un colegio mayor –muy mayor, y muy grande– de juguetones compulsivos como son la compañía inglesa Propeller es un goce y un lujo: nos visitaron en 2011 con doblete – «Ricardo III» y «La comedia de los errores»– y regresan con el citado lío y «La fierecilla domada». La primera obra confirma la gran compañía que son los hombres de Edward Hall, que asumen con gracia los papeles femeninos: lleno de encanto Joseph Chance como Viola y sencillamente perfectos Ben Allen en una postadolescente Olivia y Gary Shelford, muy pícaro en su María. Los que asumen las partes masculinas no les van a la zaga, de Liam O'Brien al delirante Malvorio de Chris Myles, pasando por Vince Leigh, John Dougall o Christopher Heyward... Todos bailan al compás de un batuta frenética, como si Edward Hall quisiera que esta «screwball» del XVI ambientada en una fiesta de los años 30 no decayera. Y no lo hace: en su laberinto de cómodas de doble de fondo por los que hace entrar y salir del armario a los protagonistas en una doble lectura tan obvia como efectiva, no hay sitio para el aburrimiento.
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