Opinión

Un 13 de agosto, Fátima y el Muro de Berlín

La fecha de hoy trae causa de los acontecimientos sucedidos en la aldea de Fátima en Portugal el año 1917

La fecha de hoy 13 de agosto exige su sitio en la Historia por méritos propios, pero la historiografía modernista para la que Dios no parece existir hace obligado estudiarla para discernir la causa y concausas que concurren en la etiología de los acontecimientos que escriben la Historia. En concreto, el 13 de agosto trae causa de los acontecimientos sucedidos en la aldea de Fátima en Portugal el año 1917. Es sabido que entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de aquel año se sucedieron seis apariciones de la Virgen María a tres pequeños pastorinhos para darles un mensaje destinado a toda la humanidad. A petición suya, fue el 13 de cada mes cuando se les apareció, salvo en agosto, cuando por estar detenidos los niños para «acabar con aquello», se produjo el día 19 y en otro lugar distinto del habitual. Aquellos acontecimientos pasarían desapercibidos para la práctica totalidad del mundo en aquellos tiempos carentes de los medios audiovisuales actuales, pero lo dramático es que lo sigan siendo actualmente. La Virgen María expresaría posteriormente la tristeza que le había producido lo sucedido ese día 13 y manifestó su alegría cuando el encuentro se produjo unos días después, el 19. Pues bien en esa fecha «de tristeza» se producirá un acontecimiento que marcó la llamada guerra fría del siglo XX, y que Ella había venido para evitarlo. Les dijo aquel 13 de Julio que había venido para evitar la que sería la Segunda Guerra Mundial y «la expansión de los errores de Rusia por el mundo», que será el comunismo. No se le hizo caso y vino la guerra y respecto a lo otro, le diría en 1944 a Lucia que lo escribiera y lo mantuviera secreto hasta el año 1960. Nadie podía imaginar entonces el porqué de ese año y el contenido de ese secreto. Pero la Historia lo permite discernir ahora. En 1960 estaba en plena preparación el mayor acontecimiento de la Iglesia en un siglo, el Concilio Ecuménico Vaticano II. Y en el mensaje se decía que para evitar la expansión (del comunismo) por el mundo «se consagrara Rusia a su Inmaculado Corazón por medio del Papa en comunión con todos los obispos del mundo». Y la única ocasión en que todos ellos están reunidos junto al Papa es en un Concilio, que en 1960 ya se estaba preparando. No se hizo la consagración y no se dio a conocer el «secreto». Y el 13 de agosto –«día de tristeza»– del año siguiente 1961 se erigió el Muro de Berlín para mantener segura la Europa comunista.