Opinión

Anécdotas del 12 de octubre

Desde ayer no se habla de otra cosa. En cuanto las imágenes de Sánchez y su mujer colocándose al lado de los Reyes, como si ellos también tuvieran que recibir en el Palacio Real, aterrizaron en Internet, las redes se inundaron de comentarios, los «whatsapps» las reprodujeron una y mil veces, adornadas con caritas de risas con lágrimas y los comentarios en el propio salón de la recepción comenzaron a multiplicarse. Era la anécdota del día, que les servía a muchos como excusa para «crucificar» al presidente y a su esposa. Pero estos, lejos de decir aquello de «tierra, trágame» pasaron el mal momento con una sonrisa y sin darse por aludidos. Les habían dicho que hicieran tiempo y no se les ocurrió otra cosa más que situarse en línea con los Reyes. Y saludar, por supuesto ¿por qué no? ¿Es que no es de buena educación hacerlo? ¿Acaso los presentes, más allá de presumir de haber dado la mano a los monarcas no estarían felices de estrechárselas también al presidente del Gobierno y a su señora? Sánchez, en todo caso, lo dejó claro: no es que ellos quisieran alterar el protocolo de ninguna manera, solo siguieron las normas que les indicaban; por eso se produjo el error. Le faltó decir «¿pasa algo?». Mientras los adláteres y pelotas se apresuraban a asegurarle que aquello no tenía la más mínima importancia, el resto de los invitados se pegaba codazos y contenía la risa. Su anécdota, sería la de la recepción de octubre de 2018, y dejaría desplazada a la de los vestidos repetidos o la de los ojos indiscretos de los guardias más allá de la espalda de alguna señora imponente...