Opinión

Susana: Arabia es la bomba

Ni siquiera en estos días en que el diluvio universal tenía como objetivo Andalucía, ha apartado Canal Sur su folclore para que ese torrente hortera se desviara por primera vez hacia el interés público: la lluvia y las corbetas de Arabia Saudí, que mis paisanos esperan construir en Navantia. La televisión regional, perdón, autonómica, es un narcótico varado, ya sople levante o poniente. Qué bonito que es mi pueblo, qué bien cantan sus gentes y qué graciosos son los niños, que ya nacen con un chiste a vuelapluma y el acento desmadrado como para irse de carnaval. Si el estereotipo lo pintara alguien de fuera se le diría racista, y ¿cómo hay que llamar a los que lo potencian desde dentro? ¿Colaboracionistas? ¿Andaluces levantáos? Malages. Lo de Andalucía es mucho peor de lo que intentó expresar con poco acierto y mala prensa la exministra Tejerina. Como soy andaluz, Susana Díaz podrá usar calificativos gruesos pero no el de supremacista, a no ser que considere que los de La Isla intentamos imponernos a los de Triana. Traidor a la patria, eso estaría bien.

En vez de tantos golpes de pecho al estilo tonadillero, el pantojismo ilustrado con bata que trae mucha cola, por qué no explica la presidenta la verdad. La de la educación para empezar. Susana: sí estás nominada. Moreno Bonilla: sí estás nominado, por el complejo que jamás te llevará a sentarse en el trono de San Telmo, por plegarte cuando vio a su contrincante envolverse en la bandera. Oh, la bandera, el ajo contra Drácula, el amuleto que nunca falla. El nacionalismo andaluz contra los señoritos del PP. Si el catalán fue burgués, el del sur es del proletariado. Les prometen el cielo porque son de una tierra que los malvados han querido expoliar por los siglos de los siglos. Tanto es así que, una vez llegados los socialistas, siguieron haciendo lo mismo: robar a los pobres para dárselo a los ricos, y a las putas. Quién te cantará. Quién explicará a los bebés que herederán una tierra tan rica como baldía. Las bombas que tiran los fanfarrones, si bien son tan inteligentes que saben distinguir entre malos y peores, son ahora de Arabia Saudí. ¿Quién tiene agallas para suspender los contratos y poner a los astilleros en armas? ¿Pero no era la paz en el mundo lo más importante? ¿No vivíamos en el parque temático de Heidi? ¿Un muerto más o ganar unas elecciones?

A tomar viento, que por allí nunca falta.