Opinión

Empleo negro

Basta acudir a la mayoría de los medios de comunicación para comprobar por activa y por pasiva que Donald Trump es la encarnación del mal en sus más diversas y contradictorias manifestaciones. Quizá, pero los datos objetivos son abrumadores y uno de los más destacados son las cifras de empleo. Estados Unidos no presentaba un panorama tan halagüeño desde hace más de medio siglo y, para colmo, todo ha favorecido de manera especial a grupos supuestamente odiados por Trump. Así, desde diciembre de 2017, el desempleo negro no ha dejado de reducirse. Ese mes, estaba en un 6.7 por ciento, una cifra que no conocemos en España desde los años sesenta.

En el caso de los negros norteamericanos, desde 1972 su desempleo no había estado nunca por debajo del 7 por ciento salvo en abril de 2000, por un solo mes y justo antes de que estallara la burbuja de internet. Ahora, el proceso ha sido sostenido y positivo. No se trata sólo de empleo. En 2017, según la oficina del censo, los ingresos salariales de la población media eran un cuarenta por ciento inferiores a los de la blanca y para los que se crean esa necedad del supuesto supremacismo blanco añadamos que era un cincuenta por ciento más baja que la de los asiáticos.

A inicios de 2018, los negros habían conseguido cobrar salarios que eran un tres por ciento más elevados –un aumento verdaderamente histórico– y en agosto, ese crecimiento ya superaba el 4.7 por ciento. Ni siquiera el enfrentamiento comercial con China ha estropeado estas florecientes realidades. Cada mes, Estados Unidos crea en su territorio más de cien mil empleos y la tasa general de desempleo fue, en agosto, del 3.7 por ciento. Y el aumento de los puestos de trabajo ocupados por negros no es un fenómeno aislado. También los hispanos y las mujeres han batido auténticos récords de empleo.

Los políticamente correctos andan bastante molestos con estas cifras y en año pre-electoral ya están buscando cómo enfrentar a los negros con la administración, una tarea a la que se suman con gusto los medios, la academia y las ONG. A lo mejor, la subversión masiva funciona, pero la verdad es que si la economía sigue como hasta ahora, Trump ganará la reelección. Y es que frente a la realidad, los demócratas, más allá de la agitación social, no tienen nada.