Opinión
Votemos una vez más
A
poco más de diez días de una nueva visita a las urnas (ya voy más
a votar que a visitar a mi madre) un gigantesco rostro de Pedro
Sánchez cubre la fachada de la sede del PSOE. Un enorme “AHORA SÍ”
en rojo sangre, junto al cincunspecto (y descomunal) Sánchez que nos
observa desde las alturas, nos anima a votar y a votar bien, además.
Si te fijas un poco, incluso parece esbozar una ligera sonrisa. Una
breve y de medio lado, como de galan de Hollywood en los años
veinte, de esas que sugieren que el mozo está encantado de haberse
conocido y es conoceder de su irresistible efecto sobre ti. Quizás
se deba a que el colosal Sánchez de lona se ha enterado de que el
CIS le otorga al de carne y hueso, en la última encuesta publicada,
entre 133 y 150 escaños. Y claro, ya se ve subido en el Falcon que
tan bien el queda durante cuatro añitos.
El
sondeo vaticina además para el PP alrededor de un 18% de los votos,
un mejor resultado que en las generales de abril. La intención de
voto al partido de Pablo Casado desciende, sin embargo, respecto a
las encuestas anteriores. Unidas Podemos descendería casi dos puntos
respecto a las generales del 28 de abril, pero sería la tercera
fuerza política, practicamente igualada en votos a Ciudadanos y por
delante de VOX. Este dato contrasta con los ofrecidos últimamente en
encuentras privadas publicadas en algunos medios que llegaban a
situar al partido de Abascal por encima de los 40 escaños. El Más
País de Errejón consigue un discretísimo 2,9% de los votos
arañados a Iglesias.
El
equipo de Tezanos no aclara sin las encuestas fueron realizadas antes
o después de que se hiciera pública la sentencia del procés, de
que tuvieran lugar los disturbios de estos días en Barcelona y de
que se llevara a cabo finalmente la exhumación de Franco del Valle
de los Caídos (casi nada) por lo que no sabemos si reflejan
exactamente la intención de voto a día de hoy. Teniendo en cuenta
todos estos acontecimientos, el cambio podría ser francamente
significativo. ¿Habrá conseguido esto movilizar a una izquierda
hastiada y decepcionada por la incapacidad de sus representantes de
llegar a un pacto para conseguir un gobierno progresista? ¿O, por el
contrario, a quien movilizará es a los votantes de VOX? ¿Afectará
esto de manera significativa, bien por descenso o por incremento de
la abstención?
Si
no contemplamos estos posibles escenarios y nos ceñimos a lo que nos
indica el CIS en este momento, en la última gran encuesta antes de
las elecciones generales, Sánchez tendría la llave para formar un
gobierno pero no la mayoría absoluta para hacerlo sin pactar. Es
decir, que nuevamente estaría obligado a dialogar y encontrar un
apoyo con el que formar gobierno. ¿Será capaz de retomar las
conversación con Iglesias? ¿Habrán cambiado las exigencias de
Unidas Podemos para otorgar su apoyo o serán capaces de volver a
tensar la cuerda democrática, abocándonos a otra temporadita de
inestabilidad? La verdad es que esta encuesta no ha solucionado
ninguna de mis dudas y me plantea muchos más interrogantes que
certezas.
Es
muy posible que haya llegado el momento de prestar atención a ese
28,2% de ciudadanos que no acudieron a votar en abril y que según el
último sondeo de NC
Report para LA RAZÓN
se dispararía el próximo 10 de noviembre hasta un histórico (y
desolador) 35%. Más de un tercio de la población con derecho a
voto. Esta abulia electoral se traduce en que 12,9 millones de
censados elegirán no votar en las próximas generales. ¡Doce
millones novecientas mil personas! Estoy tratando de imaginar a toda
esa gente junta con cara de desánimo, reunida en algún recinto
bestialista, para hacerme una idea de la magnitud de este hecho y me
resulta una empresa inabarcable.
Me
da miedo pensar en la cantidad de veces que estaría dispuesto
Sánchez, por irresponsabilidad o por ambición, a hacernos desfilar
hasta las urnas para salirse con la suya a toda costa. Esperemos que
esta sea la última, que no nos toque volver a peregrinar hasta el
colegio electoral dentro de otro medio año, en una nueva repesca por
haber votado mal, mientras un nuevo y monumental retrato de Sánchez,
tras el “HAZ
QUE PASE” y
el “AHORA
SÍ”,
nos espeta en la cara, desde la fachada de Ferraz y en brillante rojo
sangre, un “VENGA, TÚ PUEDES, QUE ESTA ES LA BUENA”.
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