Opinión

Urdangarín vuelve a empezar

Junto a la Infanta Cristina y sus hijos, acudió ayer a misa de Navidad en Vitoria

La amplia sonrisa del matrimonio formado por Iñaki Urdangarín y Cristina de Borbón paseando juntos por las calles de Vitoria la mañana de Navidad lo decía todo: era la primera vez que la Infanta y su marido podían caminar cogidos de la mano por la ciudad donde reside la familia de él, después de un año y medio de estar privado de libertad. Aunque el marido de la Infanta tenía derecho por ley a disfrutar de siete días de permiso carcelario, el Juez de Vigilancia Penitenciaria finalmente decidió que sólo fueran cuatro las jornadas en las que Urdangarín podía disfrutar de su primer permiso desde su ingreso en la cárcel de Brieva.

La pareja se ha podido reunir con sus cuatro hijos y con la familia de Iñaki en el domicilio en el que vive su madre, Claire Liebaert, en la Ciudad Jardín de la capital alavesa, lugar en el que la familia Urdangarín Borbón ha pasado otros años parte de las fiestas navideñas. Hay que tener en cuenta que a diferencia de la hostilidad manifestada por los actuales Reyes frente al marido de la Infanta, que no ven con buenos ojos la presencia de Iñaki en el Palacio de la Zarzuela, su familia no ha dejado de apoyarle durante todo el tiempo que duró la instrucción del sumario del «caso Nóos», ni han dudado en momento alguno de su inocencia.

La Infanta y su marido permanecerán en Vitoria hasta que termine el permiso de Iñaki el próximo día 28, momento en que deberá retornar a su celda de la penitenciaría abulense y proseguir el cumplimiento de la pena que le fue impuesta por su culpabilidad en el juicio del «caso Noos». También podrá continuar el marido de doña Cristina con su labor de voluntariado solidario en el Hogar don Orione, al que acude escoltado dos días a la semana para ayudar a pacientes con discapacidad que realizan ejercicios de fisioterapia para mantener la forma física. Esa labor de ayuda a personas con minusvalía, que realiza desde hace más de dos meses, ha sido un gran alivio para el marido de la Infanta, que ha conseguido así paliar de alguna manera la sensación de aislamiento que padece en la cárcel de Brieva, un centro casi exclusivo para mujeres. El único varón que cumple condena en ese centro es él, que está aislado en una habitación del mismo pabellón en el que pagó su pena el ex director general de la Guardia Civil, Luis Roldán. Se hizo así para evitar que Urdangarín pudiera tener problemas de convivencia con otros presos aunque eso llevara aparejado el aislamiento y la falta de contacto con otras personas.

Al haberse cumplido ya una cuarta parte de la pena, Iñaki Urdangarín tendrá derecho a disfrutar de 36 días de libertad al año, en permisos de hasta siete días, al haber pasado ya a ser un interno de segundo grado. Según marca la ley, los condenados que cumplan esas condiciones tendrán derecho a ese tiempo de permiso para ir acostumbrándose a la libertad, que recobrará cuando haya cumplido íntegramente el tiempo impuesto por los jueces por los delitos que motivaron su ingreso en prisión.

En su primera salida, la pareja paseó por varias calles céntricas de Vitoria, asistieron a Misa y coincidieron con amigos y conocidos del matrimonio, a los que saludaron y charlaron durante unos minutos. No hay duda de que este permiso servirá para dar un respiro a la Infanta y su marido, frente a los duros tiempos que están viviendo desde que empezó la investigación y el posterior juicio del «caso Nóos» hace más de diez años.