Opinión

¿Son republicanos o anélidos?

En zoología se describe la nada despreciable cantidad de 16.700 especies de «bichos» que se alimentan de chupar la sangre ajena, que reptan y que suelen adaptar el entorno a las condiciones que les resultan más favorables. Incluyen a las babosas, las lombrices de tierra y las sanguijuelas. En el lenguaje popular y desde siempre se les conoce como «gusanos» y todos ellos pertenecen a la familia de los anélidos. En la política española desde hace algunos años hay personajes que acostumbran a envolverse en la bandera republicana –en partidas anti monárquicas para ser exactos– tal vez ignorando que acaban por transitar entre los mismos humedales y fangos de los susodichos bichitos.

La precampaña electoral a los comicios de Cataluña ya ha tenido esta semana pistoletazo de salida. Sonaba el lunes con los codazos entre valerosos «gudaris» de las repúblicas para ver cuál de ellos quedaba como menos vehemente a la hora de denostar al rey de todos los españoles, o si prefieren, cuál se mostraba más zafiamente insultante contra la clave de bóveda de nuestro sistema de convivencia representado en la familia real. Lo del dirigente podemita Pablo Echenique despreciando el saludo de dos niñas… dos niñas, con independencia de que personifiquen el futuro de una monarquia parlamentaria moderna, además de ruin por poner en evidencia a sus compañeros de partido que, ahora miembros de un gobierno y beneficiarios de coche oficial aplaudieron al rey, lo que muestra con más nitidez si cabe, no es otra cosa más que la realidad de un inmigrante llegado a un país llamado España pilotado por una «opresora» monarquia y cuyas siempre gratuitamente despreciadas y criticadas prestaciones sociales se pusieron a disposición de este argentino de Santa Fe, rosarino para más señas, defraudador a la Seguridad Social y a Hacienda. ¿Qué les habrá hecho a algunos célebres rosarinos el fisco? Este periódico acaba de publicar un indicativo sondeo sobre intención de voto en Cataluña en el que vuelve a confirmarse la polarización parlamentaria, la encarnizada batalla por la supremacia entre ERC y JxCat y sobre todo la dificultad para que un hipotético tripartito reeditado consiga sumar dando forma a el «plan» añádanle Sánchez o añádanle el apellido de un empresario especialmente hospitalario con algunos políticos. La encuesta viene a certificar una lucha arrabalera de cara a los comicios catalanes que no ha desaprovechado la oportunidad de testar quién era «más largo» a la hora de despreciar a la Corona. Todo un mitin contra del Rey de 47 millones de españoles a cargo de quienes, en compañía del separatismo anti sistema vasco y gallego se han embarcado ya en la carrera hacia el control de la Generalitat. Contemplar a Rufian –de representante de impresoras a hombre de Estado según el PSOE– proferir soflamas como «no nos representa una monarquía franquista» repone al personaje en su debido sitio, pero que medio centenar de diputados que cobran como tales y no perdonan ni una dieta se permitan denostar a la jefatura del Estado, como poco merece darle unas vueltas… salvo que permitamos que ganen los anélidos.