Opinión
Desmontaje
Todo el ceremonial de esta semana ha estado destinado a desmontar cuidadosamente la reacción nacional frente a la intentona independentista de 2017. Punto por punto.
Porque hay que ver lo que nos costó el 155. Y la de trabas que pusieron el PSOE y Ciudadanos a aquella medida. Y lo mal que hicimos dejando la TV3 y los medios autonómicos como están –pura caja de resonancia del régimen– o los Mossos de Esquadra sin cambios, tras la traición bastante amplia de muchos de sus miembros. Pues todo aquel esfuerzo de conciliación democrática ha quedado en nada.
Los que manipularon la ley y cometieron delito, Jové, por ejemplo –que destinó tres millones de euros del presupuesto público al procés– se sientan como interlocutores privilegiados del Gobierno. Los que se negaron a cumplir las órdenes de los tribunales y organismos –léase Torra– reciben alfombra roja. Los que estaban en la cárcel por actuar como matones –Junqueras a la cabeza– salen de la celda sin arrepentirse y reciben gloriosos aplausos en la universidad.
Pablo Iglesias hace de figurante de la Monarquía que criticaba hace nada y Pedro Sánchez se felicita de tener de vicepresidente al que le quitaba el sueño. La misma semana en que la ONU acusa a Venezuela de beneficiarse del narcotráfico, el principal favorecido de Caracas en España tiene acceso al organismo encargado de vigilar a los secuaces de Maduro en España, el CNI. Iglesias, por lo tanto, podrá trasladar a sus amigos bolivarianos nuestro espionaje sobre ellos.
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