Opinión
La culpa ajena
Hay que tener mucha caradura, poco pudor y muchas ganas de imponer algo parecido a una dictadura de chichinabo repleta de parados para que a la hora de rendir cuentas no se señale a los que no vieron venir la tragedia y permitieron hasta que cantara la Pantoja, sino a los gobiernos anteriores, del PP, claro, por los «recortes». La demagogia es un veneno que espanta lo que será o no será el día después y se vale del drama y el sufrimiento para imponer el totalitario régimen de los idiotas. Si la gente se muere, la culpa la tiene la derecha. No la Generalitat que ocupó su presupuesto en otros meneteres en lugar de llenar los hospitales de UCIS en consonancia con el desarrollo de la región que quiso ser Finlandia. No los socialistas que en Andalucía cuidaban más de los prostíbulos que de las clínicas. Quieren hacer un 11-M al revés. Pásalo. La izquierda no soporta ser culpable de omisión y de cargar con el confinamiento en un momento en el que la mejor ideología es amanecer vivo. Se fuman el problema de origen, esa ruinosa falta de reflejos del Gobierno, para dirigir el foco a la carroña. Es un aperitivo de lo que está por venir. Cuando los zapatos vuelvan a sentir las aceras, nos llamarán a gritar por lo público, la intervención del Estado y el subsidio de la muerte, eso que Pablo Iglesias llama «arrimar el hombro» que es arrimar al hombre al precipicio. Cuánto peor, mejor. La miseria pancartera se vuelve más repulsiva si detrás hay nombres propios que se han ido sin que nadie les cogiera las manos. El problema no es la ingenuidad que se traga las noticias falsas sino los que a sabiendas mienten para recoger nueces entre cadáveres.
✕
Accede a tu cuenta para comentar