Política

“Los bulos y el Gobierno”

Es inaceptable que los especialistas en redes de la Benemérita estén trabajando para «evitar el estrés social» que provocan los bulos, así como para «minimizar ese clima contrario a la gestión de crisis por parte del Gobierno»

Las palabras del general José Manuel Santiago, jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, causaron un lógico estupor. Es inaceptable en el Estado de Derecho que los especialistas en redes sociales de la Benemérita estén trabajando para «evitar el estrés social» que provocan los bulos así como para «minimizar ese clima contrario a la gestión de crisis por parte del Gobierno». Esto último es increíble.

No estamos hablando de grupos terroristas u organizaciones criminales. El general Santiago merece todo mi respeto y admiración, es un profesional de gran prestigio y preparación. No es un político y su único interés es, por tanto, el servicio público desde una concepción totalmente apartidista como sucede con el conjunto de las Fuerzas de Seguridad del Estado.

Por ello, no le critico sino que me sumo a los que nos gustaría tener una información más completa de lo que dijo y quiero suponer, además, que ningún miembro de la Guardia Civil se dedica a defender al Gobierno frente a las críticas, sean justas o injustas, porque este no es su papel. Es cierto que la dirección de la Guardia Civil aclaró posteriormente que no actúan contra la libertad de expresión y sólo se dedican a los bulos sobre temas sanitarios que puedan generar alarma social. Cabe esperar una mayor información.

Los bulos, mentiras y manipulaciones no son nuevas. Es algo muy antiguo y la izquierda radical, por cierto, ha sido muy aficionada a la hora de utilizar las redes sociales para machacar a los rivales así como a los periodistas que no éramos progres. Han hecho durante mucho tiempo campañas para influir en la opinión pública y denigrar al adversario. La descalificación personal, la burla zafia y una larga lista de mecanismos de ataque han sido muy habituales. El problema es que consideraban que las redes sociales era su particular patio de vecinos y se han quedado sorprendidos cuando su «juguete» político ha sido utilizado por el centro derecha.

El propio origen de Podemos está, precisamente, en las redes sociales que utilizaron para instrumentalizar la anterior crisis y el estado de desafección que generaba para construir su exitoso proyecto político. Me parece muy cínica e hipócrita la reacción del Gobierno así como una inquietante deriva autoritaria al considerar que las críticas, sean o no fundamentadas, se pueden limitar utilizando la excepcionalidad del Estado de Alarma.