Política

“La izquierda y la compra del voto”

Es una fórmula que se ha utilizado históricamente para contentar al pueblo e impedir los conflictos sociales

Ha sucedido lo que era más que previsible y es que el ingreso mínimo vital será un instrumento partidista a mayor gloria del gobierno. Iglesias dejó muy claro que es el avance más importante en derechos sociales desde la ley de la dependencia. Todo está organizado para que parezca que la izquierda es socialmente sensible y adopta, generosamente, esta medida. Con la dependencia pasó lo mismo.

Cada vez que gobierna el PSOE, España sufre una crisis económica que, evidentemente, no es culpa suya. El problema es que la gestiona siempre fatal y pierde las elecciones, como sucedió en 1996 y 2011, para dar paso al PP que realiza políticas eficaces y coherentes que revierten la catastrófica situación heredada. Como se tienen que adoptar medidas austeras e impopulares para contener el gasto, el aparato político y mediático de la izquierda machaca al PP.

Una pregunta de primero de Económicas es cómo se paga. La fórmula para hacer frente a la “generosidad” socialista, ahora con los comunistas, es engordar el déficit público y acudir, por tanto, al endeudamiento. ¡Cuántas horas de tertulias tuve que aguantar con la progresiva disminución del fondo de reserva de las pensiones!

Los “economistas de Wikipedia” son pesados, porque repiten como papagayos cuatro ideas mal entendidas y los argumentarios socialistas. No me parece mal que se establezca transitoriamente un ingreso mínimo vital con la debacle económica que nos afecta, agravada por la demagogia, la imprevisión y la falta de rigor. No todos los países han actuado igual y las peores consecuencias han sido para Italia y España que están gobernadas por populistas.

Una vez reconocido que, en estas circunstancias, el ingreso mínimo vital es un instrumento necesario, el problema es que será permanente y la izquierda lo quiere convertir en una estructura clientelar para ganar votos. Es el sistema bolivariano, pero que es una fórmula que se ha utilizado históricamente para contentar al pueblo e impedir los conflictos sociales. La propaganda gubernamental se encargará de aclarar que reciben esa renta gracias a ellos y que la perderán si llega la derecha.

Los del PNV, que son muy listos, la gestionarán a cambio de regalarle los votos a Sánchez, porque así los vascos recibirán un papel que pondrá gobierno vasco. Estos 3.000 millones de euros, aunque nadie sabe realmente cuánto costará como sucedió con la dependencia, serán una poderosa herramienta electoral.