Opinión
Necesitamos un cambio
Está finalizando el verano más raro y atípico de los últimos tiempos, marcado por el Covid como nuestras vidas desde hace ya seis meses, y nos enfrentamos a un futuro no menos difícil que seguirá estando condicionado por la pandemia. Todo está alterado, tanto en lo individual como en lo colectivo, nuestras vidas, nuestras relaciones, nuestra forma de trabajar, de divertirnos, la educación de nuestros hijos, etc.; todo se encuentra desnaturalizado y, a pesar de su esperemos carácter transitorio, parece que ha venido para quedarse y cambiar de forma definitiva nuestra sociedad. Tenemos que luchar para que un proceso tan traumático como este no nos altere de forma negativa en nuestras pautas de comportamiento. Ya bastante daño se ha cobrado en vidas y en la salud. No podemos permitir que cambie nuestra forma de relacionarnos, en definitiva, que nos deshumanice. Para ello, lo primero que debemos tener claro es que, aunque el virus conviva un tiempo con nosotros, su tan sobresaliente como terrible protagonismo desaparecerá en cuanto logremos un tratamiento o vacuna eficaz. Por ello, debemos evitar que todo aquello que nos está obligando a cambiar y no sea positivo tenga carácter de permanencia. En segundo lugar, también debemos tener claro que ahora la prioridad es vencer al virus, y por ello no hay que temblar a la hora de tomar medidas eficaces, aun drásticas, para lograr la victoria. Durarán poco y saldremos adelante. En tercer lugar, también debemos tener claro que como en una guerra nuestros esfuerzos tras su fin deben serlo para lograr una recuperación anímica y económica lo antes posible. Todo ello nos conduce a que en momentos tan difíciles una sociedad, además de su esfuerzo y resiliencia, necesita fuertes liderazgos que trasmitan a sus sociedades esas ansias de luchar y superar la situación y trabajen para volver a la normalidad de verdad, a la de siempre, y no a esa nueva normalidad tan aberrante en su concepto que nos sitúa entre Orwell y Carroll, entre 1984 y Alicia en el país de la Maravillas. El mundo y España especialmente no están ni para lo primero ni para lo segundo. España necesita líderes en condiciones y actualmente en su gobierno central no cuenta con ellos. Fueron elegidos en un momento totalmente diferente al actual, debemos cambiar el rumbo.
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