Opinión

Aversión a la lealtad

La lealtad es un valor que languidece en nuestros tiempos. Podemos apreciar en muchos órdenes de la vida traiciones de quienes tendríamos que dar y recibir fidelidad y respeto, pero la evolución de la sociedad hacia lo contrario a los valores en lugar de hacerlo hacia la búsqueda de los principios es lo que desencadena las crisis sociales, políticas y económicas, y los enfrentamientos por alcanzar el poder en la política o deseos en lo personal por encima de quien debemos respeto. Debemos cuanto antes abrir el debate por la recuperación de los principios y valores hacia los demás más que por muchos objetivos materiales que no tienen significado alguno si el valor no se respeta. La ocasión que nos brinda el Covid es extraordinaria para convertir la lealtad en algo que debe inspirar nuestra acción, especialmente en política; por ejemplo, en la relación entre el gobierno de la nación con los gobiernos autonómicos, y entre aquel y la oposición. Es cierto que la lealtad entre adversarios no es una obligación, pero en estos momentos ser leal es una obligación que nos imponen los ciudadanos y sus necesidades. Lo que no cabe es convertirse en un enemigo de la lealtad. Para pedir apoyos en cualquier actuación desde un gobierno sea el que sea, lo primero que se debe ofrecer es un proyecto firme, trasparente y leal, y eso existe como mínimo que un gobierno en coalición lo primero que debe hacer es ponerse de acuerdo en el seno de dicha coalición, y mal se comienza cuando se piden acuerdos a la oposición sin previamente haber alcanzado un acuerdo entre los socios de gobierno. La petición que se hace de apoyo a un concepto vacío de contenido, como son unos presupuestos sin presupuestos, es una mera petición retórica para crear un falso pretexto a fin de deslegitimar a la oposición. Lo que cabe esperar es que los que tienen cierta aversión a la lealtad nomo mínimo no se conviertan en enemigos de la misma. No se puede abusar tanto del disimulo, disimulo que en algunos casos alcanza la mendacidad, y esto no es lo que necesita nuestra ciudadanía en estos momentos. Un gobierno en coalición no es una suerte de desarmable que puede esconder una parte en función de lo que se persiga.