Opinión

Oprobio y desvergüenza

Tras el apoyo de Bildu a los presupuestos, se puede decir sin lugar a duda que estos no solo estarán manchados de déficit y ruina, sino de ominoso oprobio y lo que es peor, de sangre. Oír en boca de uno de los líderes de Bildu, condenado por graves delitos de terrorismo, que «lleva toda la vida hablando con el PSOE» remueve y causa dolorosas náuseas. Bildu ha pasado el filtro de la legalidad tras una polémica sentencia del Tribunal Constitucional con una mayoría de seis a cinco magistrados, pero ello no obliga a concederle el rol de corresponsable de grandes decisiones como las cuentas públicas del estado, que, en este caso, constituyen unos presupuestos contra el Estado. Pactar con los enemigos el estado y del orden constitucional tan solo para mantenerse en el poder, es un pecado capital en política, que merece el castigo no solo de la pérdida del gobierno, que ocurrirá, sino de la permanente ignominia de aquel que permitió que el independentismo enemigo de España y los estertores de ETA-Batasuna hayan puesto sus sucias manos en los presupuestos, las sucias manos de los que odian a España. Esta anacrónica versión de un frente popular de siglo XXI no solo va a sumir a España en su peor crisis social, económica y constitucional, sino que además nos llena a muchos de un sentimiento de insoportable vergüenza por estar gobernados por quienes estamos gobernados, que no solo comprometen el futuro de generaciones de españoles, sino y, además, comprometen la propia existencia de España tal cual la concebimos la inmensa mayoría de españoles. Observar cómo se fulmina el español de la educación en Cataluña, soportar como asesinos de ETA son acercados a cárceles próximas o sitas en el País Vasco por un puñado de euros, convierte a estas cuentas en el símbolo de una larga lista de sinónimos que no me resisto a utilizar, humillación, afrenta, agravio, deshonra, baldón, deshonor, ignominia, injuria, vilipendio, infamia, vergüenza. Pocas son estas palabras para describir lo que está ocurriendo a manos de este gobierno, el peor gobierno de nuestra moderna democracia, un gobierno imposible, un gobierno fallido que se remueve en sus propios intersticios a costa del dolor y sufrimiento de los españoles. Como decía Antonio Machado «En el análisis psicológico de las grandes traiciones encontraréis siempre la mentecatez de Judas Iscariote» y recordemos que mentecatez no es más que la falta de juico o la necedad, a lo que en este caso se le añade la soberbia y la desvergüenza del que se siente más cerca y acerca a los verdugos, y desprecia a las víctimas del terrorismo. Despreciar a las víctimas del terrorismo es despreciar a todos los españoles porque son lo mejor que tenemos. Coincidiendo con el apoyo de Bildu a los presupuestos, casi el mismo día, el cobarde Javier García Gaztelu, Txapote, coautor en los asesinatos de Fernando Múgica, Gregorio Ordóñez, o Miguel Ángel Blanco, en este caso apretando él mismo el gatillo, ha abandonado el merecido módulo de aislamiento en el que cumplía su condena. Todo esto tendrá merecidas consecuencias.