Opinión

Hasta el 23... y más allá

A estas alturas de la película parece evidente que el gobierno no va a tener problema alguno –con o sin el apoyo de Ciudadanos– para enterrar unos presupuestos de Montoro que ya se nos venían brindando tan eternos como las despedidas de Miguel Ríos. El apoyo confirmado por si cabían dudas por parte del PNV o ERC y el espaldarazo de Bildu vista y oída una comparecencia pública de Arnaldo Otegui en la que –«cosas veredes»– nos explicaba cómo se avanza hacia la pureza democrática y las libertades, a lo que se añaden factores como la mayoría en la mesa del congreso presta a no admitir a trámite enmiendas a estos presupuestos por parte de formaciones como el PP, son elementos que vienen a cerrar el circulo para agotar sin grandes sobresaltos políticos la legislatura.

El camino del gobierno de coalición con todas sus cuitas internas pero sólido en lo que importa al fin y al cabo como es la supervivencia política de Sánchez y de Iglesias está cada vez más despejado hacia el lejano horizonte electoral de 2023 y solo se verá turbado por signos de desgaste de materiales cuando se acerque esa fecha y tanto socialistas como podemitas –sobre todo estos últimos– se vean en la obligación de autoafirmarse ante sus respectivas feligresías electorales.

Pero la cuestión no es tanto lo que hacen los socios de gobierno para apuntalar una permanencia en el poder con largo recorrido, como el planteamiento de la propia oposición con especial referencia en la estrategia y camino adoptado por el partido popular de Casado y aquí la pregunta del millón pasa por saber si el planteamiento de cara a 2023 es conformarse con llegar consolidado como primera fuerza de la oposición y sin la ancestral contestación cainita interna de la derecha cuando no gobierna, o por el contrario se dan las condiciones y se conjugan los elementos para forjar una mayoría alternativa que, no nos engañemos solo sirve si es mayoría absoluta. El rubicón de las elecciones catalanas donde las tres derechas constitucionalistas concurren definitivamente por separado marcará muchas cosas. También la crisis económica que no necesariamente ha de ser rentabilizada por el PP, sino que puede apuntalar el suelo de Vox serán determinantes, pero sobre todo la capacidad de las derechas para ofrecer a sus parroquias una mínima imagen de unidad. Todo lo demás ya saben, será alargar el actual horizonte no al 23 sino al 27. Veremos.