Opinión

La comisión para triturar al PP

¿Qué mejor plataforma que el Congreso para retorcer la verdad y sembrar la duda?

El PSOE y Podemos han acordado llamar a Rajoy y Villarejo a la comisión del caso Kitchen, que se ha creado para machacar al PP. El espectáculo será descomunal, porque socialistas, comunistas, independentistas y bilduetarras se pondrán las botas arremetiendo contra los populares de forma inmisericorde. La izquierda es muy hábil en estas cuestiones y cuenta, además, con una potencia mediática espectacular como sucedió con la moción de censura que llevó al poder a Sánchez. Unos saben manejar las instituciones y los otros son unos panolis.

Una comisión sobre un tema que está judicializado, con un sistema rígido de partidos y con las posiciones previamente establecidas es solo un instrumento partidista y un espectáculo para los medios y las redes sociales. Con los escándalos que afectan al PSOE y Podemos, resulta grotesco que impulsen una iniciativa de estas características. Es insólito que quieran dar lecciones de ética aquellos que persiguen la destrucción de España o imponer un proceso constituyente dentro de su estrategia de revolución bolivariana. Una vez más, lo sorprendente es que no nos escandalicemos ante tanta hipocresía y cinismo.

El PP debería aprender de lo que sucede, pero cometerá los mismos errores cuando recupere el poder. Es lo que pasó con Aznar y luego con Rajoy. Esa política de guante blanco y buen rollito es una equivocación, porque la izquierda es implacable. Había olvidado el antecedente del 82 cuando los socialistas asaltaron el poder y marginaron de forma vejatoria a todos aquellos que no eran afines. Un gran número de periodistas estuvieron felices con la llegada de Felipe González. Lo aplaudieron y jalearon hasta desgañitarse. Era tal el fervor que parecían unos «militantes» más fieles que los miembros de la ejecutiva socialista.

Lo mismo sucedió con la irrupción de Pablo Iglesias, que lo veían como un mesías de la izquierda. Todo se le perdonaba. Con Sánchez ha sido más estrambótico, porque los sanchistas de ahora son los antisanchistas de cuando estaba en la oposición. Es cierto que el hombre acostumbra a ser un animal de frágil memoria, pero en el caso del PP alcanza límites inimaginables. No importa si se convoca a Casado a la comisión, porque la izquierda busca unir la corrupción al PP.

¿Qué mejor plataforma que el Congreso para retorcer la verdad y sembrar la duda? Habrá que escuchar a Villarejo, que todavía tiene mucha munición, cuando arremeta contra sus enemigos. Lo siento por Rajoy, porque le tienen ganas. No será un debate de guante blanco e irán a destruirlo, aunque me gustaría equivocarme.